El vino Piedra Infinita 2016 de bodegas Zuccardi, Mendoza, obtuvo el máximo puntaje en “The wine advocate”, una publicación especializada en vinos reconocida en el mundo como una de las más prestigiosas.
Robert Parker es uno de los críticos que la encabeza y para reseñar y premiar a los mejores ejemplares del mundo, el estadounidense utiliza un sistema de medición cuyo puntaje mínimo es 50 puntos y máximo es 100.
En la última cata, el vino de origen mendocino obtuvo la máxima calificaciones que se corresponde con el de “vino excepcional”, si hubiera obtenido 5 puntos menos hubiese sido considerado un “vino excelente”.
El próximo fin de semana (2 y 3 de noviembre) se realizará en Córdoba el festival vegano. La cita será desde las 13 a las 20 en XL Abasto, boulevard las Heras 124.
Como desde hace ya varios años, el evento será una forma de festejar el Día Mundial del Veganismo.
Además de la alimentación vegana, el festival propone el cuidado de la salud y ecología.
Contará con la conducción de Señorita Bimbo y la participación de las distintas agrupaciones que trabajan por los derechos animales.
Habrá más de 80 stands aptos para veganos, incluyendo gastronomía, indumentaria, productos ecológicos, sustentables, orgánicos, libros y más.
También habrá charlas sobre nutrición, talleres de cocina, ronda de influencers veganos de todo el país y se inaugurará el primer “Torneo de Pizza Vegana”.
Además, mediante la campaña #SiReutilizables se premia y fomenta la no utilización de materiales descartables por parte tanto de los emprendedores como de los asistentes al evento.
COMIDA. Es tan sólo una parte del movimiento vegano (Faceook: Festival Córdoba Vegan).
El sábado 2 de noviembre, San Honorato (25 de Mayo y Pringles) organiza una cena especial en su noche de “Sierra y Montaña”. Para la ocasión, Federico Czarlinski, chef de San Honorato, y Matías Aldaroso, chef de Bodega Zuccardi (Mendoza), cocinarán un menú de seis pasos elaborados con productos de cada región y maridados con vinos Zuccardi. Paso 1: ensalada de conejo adobado con mayonesa casera, papas aliñadas con azafrán del Valle de Uco y micromix. Paso 2: tostada de tomillo, con queso de cabra en cenizas y vizcacha confitada. Paso 3: trucha de río serrano con charqui vacuno acompañadoa de arroz crujiente con hongos silvestres de la región (pino y coco). Paso 4: roll de chivito relleno de tomates secos y hongos, puré de berenjena ahumado y salsa de pimiento Calahorra. Paso 5: ambrosía estilo San Honorato. Paso 6: cremoso de chocolate emulsionado en oliva, crumble de oliva y sal, con frutos rojos. Petit four: pan de membrillo envuelto en azúcar y licor de peperina. $ 1800. Reservas sólo al teléfono (0351) 453-5252.
Celebran el día de los muertos
Mex Resto Bar (Recta Martinoli 8794) propone celebrar el Día de Muertos este sábado 2 de noviembre desde las 20. Día de Muertos es una celebración mexicana en donde las familias se reúnen en honor y memoria de los difuntos amados. Según la tradición, los espíritus son guiados a casa para disfrutar de las ofrendas que se les prepara en los coloridos altares. La celebración en Mex Resto Bar contará con mariachis, maquillaje artístico y un altar de muertos. Reservas al (03543) 44-7647.
Sigue la Semana de la coctelería
Hasta el domingo se celebra en Córdoba la primera Semana de la Coctelería. En 30 bares y restaurantes de la ciudad se ofrecen nuevos cócteles, tapas, menús especiales, muchas promociones y eventos con los sponsors. Los participantes son: Francis, Brindisi, X Bar, Vermutería, The Journey, Colores Santos, Apartamento, Glotón, Cientovolando, Bullanga, Panicafé, Sale 1729, Tea Shop, BackerHaus, Cruz Espacio, Encontraté Laboratorio, Tucson Núñez, Tucson Rogelio Martínez, Pan Plano Bº Jardín, Pan Plano Urca, Pan Plano Güemes, La Tasca, Paseo Kermés, Le Marine, El Celta, La Sifonda, La Sifonda Paseo Rivera, El Patio de los Naranjos, Bistró del Poeta, Goulu y Pugliese. Toda la info del evento está en la web SemanadelaCocteleria.com.ar.
Wine tour en el Sheraton
El jueves 31 de octubre, Sheraton Córdoba (Duarte Quiros 1300) festeja Halloween con un Wine Tour especial en el que la bodega Catena Zapata presentará sus mejores exponentes. El evento comienza a las 21:30 en el Salón Yacanto. Appetizer: variedad de mini bocaditos fríos y calientes. Primer tiempo: tartare, trucha, caviar de remolacha, tapioca, crocante de alga. Segundo: sandía, pepino asado, vegetales y almendras. Tercero: cordero, lentejas turcas, damasco, coliflor. Cuarto: crema, calabaza, chocolate. $ 1250. Reservas al (0351) 155-269170.
Meriendas bufet en Carlos Paz por $ 230
Chance es el restaurante del Casino de Carlos Paz (Liniers y Uruguay) y desde allí propone una carta dividida en cuatro regiones argentinas, con productos y platos de los cuatro puntos cardinales del país. Además, los fines de semana cuenta con una propuesta de merienda buffet con pastelería y bollería sin límite e infusión incluida, por sólo $ 230 por persona. Se realiza sábados y domingos de 17 a 19. Reservas al (03541) 42-0025 y 43-6282.
Día de los muertos en Mex.Sigue hasta el domingo la semana de la coctelería en Córdoba.San Honorato recibe a uno de los chefs más prestigiosos del país.Día de los muertos en Mex.Sigue hasta el domingo la semana de la coctelería en Córdoba.
Luego de 49 años al servicio, el restaurante Casa China cerró sus puertas porque en el predio donde se ubicaba iba a comenzar un nuevo desarrollo inmobiliario. Rápidos de reflejos, los empleados armaron un nuevo restaurante a pocas cuadras del mítico lugar.
“No seremos chinos, pero después de tantos años en el rubro, ya somos argenchinos”, dijo el mozo al ser consultado. Además de dejarnos el título servido para esta reseña, también deja una enseñanza: el trabajo dignifica y también forma parte de nuestra identidad como seres humanos.
Párrafo aparte para este mozo. Vestido de traje, como los de antes, disfruta de su trabajo, lo hace correctamente: asesora, explica, recomienda, está atento a las necesidades. Siempre con una sonrisa como estandarte. Un profesional se hace notar enseguida, en cualquier rubro de la vida.
Comida china
Viernes y sábados, además de los clásicos de la comida china, la nueva administración dispuso una lunchera para ofrecer el servicio de tenedor libre a $ 380 (adultos) y $ 200 (niños), con 10 platos típicos. Pero nosotros vamos por la carta, porque allí hay sorpresas menos conocidas.
Antes que nada, una sopa china. Se llama Wan Tan ($ 180) y se trata de un caldo caliente y suave, de cuerpo ligero, que llega en un cuenco donde vemos abundante cebolla de verdeo y varias unidades de una pasta rellena de verdura y carne. Buen detalle es el de las cucharas.
La pasta es muy parecida a una italiana, pero más suave, casi transparente, muy cocida. El relleno es apenas exótico: carne, jengibre y más cebollita de verdeo bien picada. Una sopa siempre es reconfortante, y esta no es la excepción. Mucho sabor concentrado por largas horas de cocción.
Empanadas chinas
Después por supuesto probamos las Empanadas chinas ($ 110 las cuatro unidades). Bien crocantes, recién fritas. El relleno es jugoso y dulzón por la gran presencia de cebolla rallada, que acompaña a la carne otorgando sabor y humedad. Bien.
Y por fin empezamos a usar las dos salsas que están siempre presentes en la mesa china: salsa de soja y salsa agridulce de vinagre y tomate. Con una cuchara vamos intercalando entre bocado y bocado, para dilucidar cuál le queda mejor. Sin dudas, es una competencia muy pareja.
Luego probamos otra entrada –ya vamos tres–, armando nuestro propio tapeo: buñuelos de pollo ($ 180). Se trata de 10 pequeñas unidades, que se pueden tomar con la mano o con cubiertos y humedecer en las mismas salsas de siempre.
La textura es esponjosa y el pollo está muy presente sin sorpresas en los condimentos. Igual, con una cerveza Budweiser de litro ($ 180) funciona más que bien en cualquier época del año.
Comidas al wok
En la carta de Chinese wok por supuesto hay muchas preparaciones salteadas en un wok caliente: variedad de chop suey (sólo verduras), chop mein (con fideos), chow fan (con arroz), casi con las mismas combinaciones: verduras y vaca, cerdo, pollo o camarones.
Nosotros optamos como principal un plato de la sección “Especial”. Es carne con champiñones y salsa de ostra ($ 355), un salteado de carne y verduras (brócoli, pimiento rojo, coliflor, zapallitos, brotes de soja). Está bien jugoso, con ingredientes al dente que despilfarran sus sabores.
Sin dudas el conjunto se amalgama con la salsa de ostras, una salsa de sabor profundo, un fermento que como tal aporta una cuota de sabor que siempre cae bien parado en cualquier preparación, potenciando aún más a sus acompañantes.
Postre y despedida
Antes del postre hacemos una visita de rigor a las instalaciones sanitarias, encontrándose todo en perfectas condiciones para recibir invitados (descartables, orden y limpieza).
Pedimos como plato dulce una porción de Lychees en conserva ($ 120), sin dudas el postre más exótico de la casa, ya que el resto es un compendio de clásicos argentinos.
Y como toda fruta en conserva, esta mantiene el sabor del original y lo recupera algo transformado, pero es por lo menos una aproximación a un mundo éxotico y desconocido.
¿Qué es un lychee? Es la fruta de un árbol, originalmente rojo o rosada. Tiene piel rugosa, una pulpa entre ácida y dulzona y la textura recuerda a un corazón de alcaucil en conserva. La porción es generosa, se puede compartir. Es un buen final para los que buscan algo nuevo y no tienen prejuicios a la hora de experimentar.
El que busca siempre encuentra en ese sentido, pero la carta de Chinese Wok se especializa en clásicos que nunca pasan de moda. Con un muy buen servicio genera una visita agendar y recomendar. Como hace 50 años, pero en 2019.
Chinese wok
Calificación: bueno
Rafael Núñez 5598, Granja de Funes.
Teléfono (0351) 157-685402.
Efectivo y tarjetas.
sopa_1572457406.jpgwok_1572457306.jpgLychees en conserva.Wok de carne, champiñones y vegetales.Sopa wan tan.Lychees en conserva.
La colorida etiqueta muestra un dibujo de tres mujeres, simpáticas y complacientes. Parece un cartel de película o tapa de un cómic. Detrás de esta etiqueta tan atractiva hay una serie de vinos impecables y una mujer inquieta a más no poder.
María Celeste Álvaro sonríe constantemente, revolea los ojos, se muestra fascinada con la recepción del vino. Nada en Celeste deja resquicios para pensar en algún tipo de maldad, alguna referencia diabólica o comportamiento peligroso. Celeste ganaría cualquier concurso de Miss Simpatía de acá a la China, pero prefiere hacer unos vinos exquisitos y con una etiqueta traviesa.
En el nombre encontró no sólo un homenaje a sus hermanas sino también un atractivo singular para las mujeres que se quieren acercar al vino.
–¿Cómo surge el nombre La Mala María?
–Somos tres hermanas que nos llamamos María: María Celeste, María Belén y María Noelia Y a raíz de las peleas y diferencias que teníamos cuando nos pelábamos siempre quedaba alguna como la mala. Desde chiquitas quedó el tema de llamarnos entre nosotras “la mala María”, y después mientras estudiaba pensaba ¡que buen nombre para un vino! Una de mis hermanas es socióloga y la otra ingeniera industrial, así que les pido opinión, porque además de consumidoras, sus trabajos tienen que ver con el vino. Me sirve saber lo que piensan y lo que ven en la gente y en el vino.
–¿Cómo surgió hacer tu propio proyecto de vinos?
–Yo estudié en Don Bosco, me recibí de enóloga y trabajé en bodegas grandes: en Peñaflor, Nieto Senetiner y Cadus, en donde me tocó siempre hacer Bonarda. Y de ahí me quedó el amor por la Bonarda, porque fueron los primeros en hacer monovarietal con técnicas que lo refinaban. También hago Malbec, Cabernet Franc y Espumante. Puse mucha energía pensando que en algún momento iba a hacer mi vino. Y empecé haciendo mil botellas hace 5 años y después empezó a crecer.
–¿Qué te llevó a decidirte por la enología?
–Estaba medio perdida en la adolescencia. Estaba entre ingeniera agrónoma o enología. Era tarde para agronomía así que me metí en enología. Pura casualidad. No tomaba vino, veía a todos tomar y yo recién empecé a tomar vino en 3º año. Cuando entré a la facultad eran 40 hombres y 5 mujeres. Los primeros días de clases fueron deprimentes. Yo me crié en el centro de Mendoza y Don Bosco es un colegio de curas en el campo, donde no había nada cerca. Me daba pavor, tenía 17 años, todos hombres y había que hacer todo tipo de trabajo de campo, podar, cavar pozos.
–La etiqueta está más cerca del arte que de la descripción. ¿Qué efectos produce en la gente?
–El nombre terminó siendo un gran incentivo de compra. Siempre se paran a preguntar la razón del nombre del vino y eso brinda un contacto con la gente. Un señor vino hace poco y me dijo “mi esposa se llama María así que le llevo el vino”. Y la otra virtud es la etiqueta, que es seductora. La hizo una artista plástica que se llama Federica Del Olmo, que pintó el cuadro del que salió la etiqueta.
–¡Un vino completamente activado por mujeres!
–Yo no había visto nunca mujeres en una etiqueta de vino. Además es un estilo naif, entre la estética de Almodóvar y la del cómic. Mujeres que acercan mujeres que buscan algo distinto. No había algo femenino en el mundo del vino y las etiquetas generaron eso, un acercamiento de la mujer al vino desde el propio punto de vista de mujeres que trabajamos en el vino. Y el vino es bien intenso, así que también gusta mucho a los hombres.
–¿Hay complicaciones siendo mujer en una industria como el vino?
–Fue complicado trabajar en el vino como mujer. Había que pagar derecho de piso, demostrar mucho y siempre te ponían la vara más alta que la de un hombre. Como en cualquier lugar, más teniendo en cuenta que el mundo del vino es muy masculino. Pero hoy ha cambiado bastante, tenés la posibilidad de mostrar cosas distintas, meterte en proyectos nuevos. Y cuando lo hace una mujer atrae mucho a las mujeres, se ven reflejadas en la etiqueta, les gusta porque les parece muy femenina, porque nunca habían visto una mujer en una etiqueta. Y además la que hace los vinos es una enóloga. Yo lo hice por gusto propio, y después me di cuenta de que atraía mucho a las mujeres.
–¿Cómo reacciona la mujer ante el vino tinto?
–En general la mujer es más del blanco o del rosado, pero con esta etiqueta se acercan a los vinos más estructurados. Es también una cuestión educacional. Con esta etiqueta se meten en los tintos fuertes, que desafían el paladar, que generan una impronta. También hay que buscar que se arrimen con tintos que no sean tan duros, como el Cabernet Franc. En realidad, un poco fue como que sin querer queriendo que salió la apuesta por acercar a la mujer. No deja de sorprenderme. Cuando voy a ferias o muestro el vino hay siempre buena onda, la etiqueta genera identificación, cercanía, diversión. Y los vinos acompañan con su calidad esta apuesta estética.
Recientemente, el vino Piedra Infinita 2016 de bodegas Zuccardi, Mendoza, fue calificado con 100 puntos Parker (puntaje máximo) por la prestigiosa publicación The wine advocate. Aquellos interesados en este ejemplar que está ahora en boca de todos los especialistas del rubro deben saber que aún no se consigue en Argentina la versión premiada (cosecha 2016) pero sí la cosecha 2015.
Cuesta $5500 la botella y en Córdoba se puede encontrar en vinotecas como: La 14, Mosto, Don Cyriaco, el Almacén de Mario, Jabugo, Don Diego, Copa B, Graziano, León Blanco, La Nueva Bodega, entre otros.
Vale recordar que el año pasado fue la primera vez que dos vinos argentinos (de Mendoza) lograron 100 puntos Parker. Hablamos de Gran Enemigo Single Vineyard Gualtallary Cabernet Franc 2013, de Bodega Aleanna; y Catena Zapata Adrianna Vineyard River Stones 2016 para Bodega Catena Zapata.
The wine advocate es una publicación especializada en vinos reconocida en el mundo como una de las más prestigiosas y Robert Parker es uno de los críticos que la encabeza.Para reseñar y premiar a los mejores ejemplares del mundo, el estadounidense utiliza un sistema de medición cuyo puntaje mínimo es 50 puntos y máximo es 100. El vino argentino Piedra Infinita obtuvo el puntaje máximo que otorga esta publicación y fue definido por el especialista como “excepcional”.
Finalmente, luego de una larga incertidumbre sobre su continuidad, el tradicional restaurante Rancho Grande (ubicado en Rafael Núñez 4142) cerró sus puertas. La dueña del lugar, Adriana Gómez le había dicho a La Voz del Interior hace una semana que el 31 de octubre vencía una prórroga que tenían con el alquiler del lugar y que esperaban por una posible extensión.
Pero parece que no ocurrió, y así el clásico lugar dejó de funcionar. Ramón Ortega, abogado que representa a los 19 empleados del local, declaró que en la noche del jueves el lugar fue desalojado por la policía y que los empleados quedaron en la calle.
Además, agregó que en este momento se ha interrumpido la conciliación que llevaban adelante las tres partes involucradas: los dueños del local, los dueños del restaurante y los abogados que representan a los empleados.
Ortega contó a La Voz que las negociaciones fueron interrumpidas porque las otras dos partes “pretenden que los empelados pasen a una nueva empresa que administraría el lugar sin ningún tipo de antigüedad, y eso viola los derechos de los trabajadores”.
Este medio intentó comunicarse con Adriana Gómez en varias oportunidades, pero no pudo contactarse. Ella aún no ha realizado declaraciones sobre cómo será el futuro del restaurante y los empleados.
Mientras se espera por algún avance en las negociaciones, los empelados permanecen en la puerta del establecimiento. Ortega aclaró además que no han recibido aún telegrama de despido, pero que “no se les permite el ingreso al lugar”.
Rancho Grande (Foto: Pedro Castillo)WhatsApp_Image_2019-10-08_at_14.26.53_1570556316_1572620228.jpegRancho Grande (Foto: Pedro Castillo)
Los intensos controles de alcoholemia en rutas y la crisis económica por la que atraviesa Argentina fueron dos factores decisivos que llevaron a que La Parrilla Don Aristóbulo de Jesús María (Ruta 9 Norte Km. 754) cerrara finalmente sus puertas.
El restaurante, que fue destacado por el libro Love & Clean Cutlery editado a fines de 2018 en Nueva Zelanda, como una “las mejores experiencias gastronómicas del mundo” dejó de ser rentable y lastimosamente sus dueños se vieron obligados a cerrar.
“Don Aristóbulo es un restaurante que conserva la tradición, las raíces y la calidad”, certificaba la publicación en cuestión.
Desde Don Aristóbulo informaron que tras la implementación de “alcoholemia 0” en las rutas, el restaurante perdió el 50 por ciento de los clientes que iban a comer allí desde Córdoba. Ante esta baja, tomaron la medida de bajar el precio del cubierto para adaptarse mejor al bolsillo del cliente de Jesús María, pero eso no fue suficiente para continuar con la rentabilidad.
La parrilla Don Aristóbulo se suma así a la lista de emprendimientos gastronómicos que supieron ser exitosos durante años, pero que no pudieron mantenerse en pie debido a los efectos de la crisis.
En Córdoba Capital, recientemente, el tradicional local del Cerro de las Rosas Rancho Grande cerró sus puertas por motivos similares, y 19 empleados quedaron sin trabajo.
Recientemente fue noticia. El restaurante del chef Gonzalo Aramburu, ubicado en Recoleta (ciudad de Buenos Aires), quedó ubicado en el noveno puesto de los Traveller´s Choice de TripAdvisor, un ranking elaborado por los usuarios de la aplicación mundial dedicada a viajes y gastronomía.
Quedó muy bien ubicado entre pesos pesados como El Celler de Can Roca, Maido y Astrid & Gastón. Lo cierto es que junto al chef Javier Rodríguez de El Papagayo (Arturo M Bas 69), ofrecerán un ciclo denominado “Switch”: durante los días 21, 22 y 23 de noviembre, los equipos completos de cocina y salón de cada lugar se trasladarán para brindar la experiencia de intercambiar su cocina, con el fin de difundir sus estilos y sabores.
Bajo el lema “Gastronomía en movimiento”, cada restaurante compartirá sus características distintivas en una nueva ciudad. Precio por persona $ 4200 (incluye maridaje con vinos de Catena Zapata). Capacidad limitada. Reservas para El Papagayo al (0351) 425-8689. Reservas para Aramburu al (011) 4811-1414.
Reabrió Gapasai en La Cumbre
Gapasai (12 de octubre 1070, La Cumbre) es un pequeño restaurante de cocina creativa y regional que este año consagró a su chef Santiago Blondel en el Prix de Cuisine de Baron B. lo cierto es que el restaurante acaba de reabrir luego de unas refacciones. Y lo hizo con dos propuestas.
Por un lado, su menú “Ciclos” de nueve pasos, que describe los estadios de la naturaleza en el entorno serrano ($ 2500 por persona; con maridaje $ 3500). Y por el lado, con “Platitos” (ni tapa ni plato) son una propuesta más informal y para compartir en las nuevas barras o en el deck al atardecer ($ 350 cada uno), que pueden ser palta y camarones de río, tartare de pato y yema en tempura, oveja confitada, chañar y zanahoria; pechito de paloma, espárragos silvestres y pimientos asados, entre otros. Reservas al (3548) 41-1620.
Llega el vino tirado a Córdoba desde Colonia Caroya
La bodega Terra Camiare, conocida en la provincia de Córdoba por la gran calidad de sus vinos y las altas puntuaciones internacionales que ha recibido por los críticos más influyentes del mundo, trae una novedad que genera grandes expectativas: se trata del vino tirado que, al igual que la cerveza, saldrá directo de la canilla hacia la copa de los consumidores.
Se podrán ordenar un rosado dulce y frutado a base de uva Isabella, un blanco fresco y elegante a base de Chardonnay y Viognier, y un blend de tintas a base de Tannat, Syrah y Merlot. Será en la cervecería Peñón del Águila de Luis de Tejeda 4455 (Cerro de las Rosas) desde el próximo viernes.
Además, Peñón ofrecerá en este intercambio, su nueva “beer wine” elaborada en base a uva Isabella de Terra Camiare.
Largaron los “Sunsets Novecento”
Novecento Cabildo (Dean Funes 33) dio comienzo a la temporada de "Sunsets Novecento", un espacio que busca generar un lugar de encuentro en el microcentro de la ciudad. Los miércoles desde las 18 en el patio del restaurante (que este año cumple 20 años), se podrán disfrutar bandas, djs y exposiciones, con coctelería, cervezas tiradas y bocadillos especiales.
Mes del cochinillo en El Celta
El restaurante El Celta (Jerónimo Luis de Cabrera 269) propone durante todo el mes de noviembre el “mes del cochinillo”, una promo que incluye su chochinillo de estilo segoviano con papas azafranadas para cuatro personas y una botella de Vallisto Extremo Criolla a $ 3200. También se puede ordenar (siempre con reserva previa de tres horas) medio cochinillo para dos personas a $ 2100. Teléfonos (0351) 473-0111, 473-9401 y 471-7077.
Cena degustación en el Cerro de las Rosas
Este jueves 7 de noviembre, a las 21.30, llega una nueva oportunidad para degustar los mejores vinos de Bodega Familia Schroeder y los sabores del chef Gabriel Reusa en Goulu (Rafael Núñez 4308). Se anuncian mejillones al merquén, ciervo ahumado y hongos escabechados, bourguignon de jabalí, cordero relleno, pequeños vegetales y crema de maíz, y pavlova de frutos rojos, espuma de sauco y trufa galesa.
Valor: $ 1300 por persona. Reservas al (0351) 157-571320 o al 481-8086.
Santiago-Blondel_1573065551.jpgterra_camiare_1573065614.jpgEl Papagayo (Arturo M Bas 69).Santiago Blondel (Gapasai).Llega el vino tirado a Córdoba.
El evento lanzamiento de la primera Semana de la Coctelería en Córdoba fue un pintoresco torneo de coctelería, en donde la joven guardia de las barras de Córdoba ofreció un singular paneo por la actualidad de la coctelería local.
El presidente del jurado fue Matías Leanez, la gran referencia cordobesa en la materia, con más de 20 años de trayectoria detrás de las barras y en diversos torneos nacionales e internacionales. Y según Leanez, bartender actual de La Cova del Drac, la coctelería cordobesa “está en su mejor momento histórico”.
“Hoy estamos viendo muchas técnicas vinculadas a la cocina, como el fat wash o los clarificados. También está evolucionando el desarrollo de etnobotánicos (locales) como ingredientes estelares. La buena capacitación por parte de la mayoría de los bartenders suma muchísimo a la calidad de las propuestas”, explica el que fue impulsor del mito llamado X-bar.
Así las cosas, en el torneo pudimos ver cómo las diferentes corrientes e influencias están unidas por un objetivo común: calidad y originalidad, inspiración en lecturas y viajes y una gran capacidad para expresar con palabras el contenido de un cóctel destinado a generar de antemano una verdadera experiencia multisensorial.
Este es un repaso por los cócteles que hicieron de referencia en este paneo histórico, en orden de ubicación en el torneo, empezando por el cóctel ganador.
“NegRoninChai”, de Matías Maenza para Tea Shop Argentina. Matías Maenza es el responsable de El Boticario (servicio de barra móvil). Participó en representación de la casa de té de Galería Convento (Belgrano 647), con una gran reversión del negroni. En sus palabras: “El té utilizado para el cóctel fue el Pu Erh Chai (rojo Premium con notas especiadas a clavo de olor, canela, jengibre, cardamomo y un toque cítrico), que sirvió para darle más sabor a un negroni elaborado hacía 20 días con un gin Beefeater 24 (que contiene té Sencha japonés). El negroni fue elaborado con ese gin, con Campari bitter edición 100 años del Negroni y con un vermú rosso casero, de Colonia Caroya, dándole un sentido autóctono al cóctel. El negroni con el té se maceró en un botellón durante 20 días, con una serie de cuidados para que no se oxide el té. Luego lo serví en un vaso corto con mucho hielo (a medida que se toma y diluye van apareciendo las notas del té), previamente ahumando con las mismas hebras. Decoración: piel de cítricos sujeta con un pequeño sable de bamboo y una naranjita disecada”.
“Orgullo”, de Claudio Ghizzoni para Brindisi Bar de cócteles (Belgrano 912). Realizó un cóctel frutal con notas cítricas, de la familia de cócteles tiki (coctelería exótica y tropical). “Use como base whiskey irlandés Jameson para darle fuerza pero sutileza en la mezcla, un toque de Campari que le da su dejo amargo característico, jugo de pomelo rosado fresco, jugo de limón, syrup de jengibre, golpe de bitter angostura y falernum, un macerado típico originario de la coctelería tiki polinesa. La decoración estaba compuesta de un caramelo de angostura hecho en el momento, unas flores, hojas de menta y pomelo deshidratado”, expone Ghizzoni.
“El Propio”, de Paula Macasso para Sale 1729. Paula cerró el podio con su creación, inspirada en un viaje por el caribe colombiano. Se compone de gin Beedeater, ron Havana, jugo de maracuyá, jugo de naranja, juego de limón y ajíes concentrados. “Es un cóctel frutal –explica–. Fresco y tropical, debe su nombre a una expresión sumamente colombiana, la cual utilizan para referirse a lo característico por excelencia de lo que se trate, a la posta. Elegí usar maracuyá y ajíes (en forma de salsa concentrada), sumándole también un poquito de ron Habana blanco, lo que lleva a situarnos en las playas del caribe colombiano. Hacen su aporte Gin Beefeater, exprimido de naranja, almíbar y limón, generando un equilibrio perfecto entre lo cítrico, el picante, lo dulce y el alcohol. Salió decorado con hojas de nuestro limonero, un distintivo ají rojo y un twist de limón para su aroma. Ideal para las tardes de verano junto a la piscina”.
“Tropezón”, de Nehuen Vicari para Cientovolando Bar (Rondeau 515). Elaborado con whiskey Jameson, infusión de té rojo, almíbar doble de miel, aceite de almendras y bitter Campari. Decorado con un labiado de azúcar negro sobre miel. “Este cóctel tiene su columna vertebral en el whiskey, pero tiene un toque dulzón para suavizar el gran contenido alcohólico. El té le aporta complejidad aromática, el aceite de almedras un toque amaderado y sutil, el Campari su cuota de exquisito amargor y el almíbar de miel suaviza el conjunto que, a pesar de la amabilidad, tiene gran contenido alcohólico, mucha potencia. Igual, un tropezón no es caída”.
“Afinz Tom”, de Gabriel Otero, Colores Santos (Buenos Aires 680, Paseo del Buen Pastor). Creado con whiskey Jamenson, ron añejo, bitter de Jameson (wild sloe berry), syrup de almendras y anís, cubos de hielo Santa Julia Chardonnay. Vasos ahumados en anís y decorado con piel y aceites de naranjas. “El cóctel está inspirado en la serie Peaky Blinders”, explicó Otero. "En los años de 1920 las familias inglesas gitanas y judías entraban ilegalmente bebidas espirituosas como el whisky o el ron".
“Encantado y con placer”, de Eloy López para Vermutería (Mendoza 471, Alberdi). Se elabora con vermú Punt e Mes, gin macerado con albahaca, tomate deshidratado y ají; miel con jengibre, canela, cáscara de cítricos (pomelo, naranja y limón), jugo de limón y jugo de pomelo y naranja. También una clara de huevo, La decoración es un dash de bitter angostura sobre la espuma del cóctel. Modo de preparación: todos los ingredientes en coctelera, batir sin hielo -método hard shake- para obtener una espuma abundante y duradera, luego agregar hielo volver a batir y servir. Dice Eloy: "El cóctel se me acurrió presentarlo en una copa vintage, sin desviarme del vermú. Le di mi toque con el gin y para que sea más atractivo usé la clara de huevo para darle espuma y cuerpo. El nombre tiene un doble significado. Cinco minutos antes de mi turno de presentación en el torneo no tenía nombre así que lo bauticé con lo que quería oír de parte del jurado. Quería que me digan: 'Me encanta, qué placer'. Fuera de broma, era lo que yo pensaba y sentia en ese momento, disfruté mucho el momento con colegas".
“Mínina”, de Javier Blasco para Tucson (Rafael Núñez 3803 y Félix Olmedo 2018). Es un cóctel con base alcohólica de gin, Aperol, jugo de pomelo y almíbar regular. Según el bartender, “es un trago fresco con notas cítricas y un dejo dulce al final, ideal para el verano y súper refrescante porque su carga alcohólica es muy baja”. Califica como aperitivo.
“Alonso XIII”, de Mauri Padilla para The Journey (Laprida 295, barrio Güemes). El cóctel se elabora con Gin Beefeater, Campari, Hesperidina, mix lima limón, jugo de pomelo, candy syrup passion, fruit con banana y gotas de aceite de oliva. “Va todo en coctelera, se bate y se sirve en una copa de vino, decorada con banana deshidratada. Al nombre lo tomé del rey que recibió su copa de vino con una tapa de jamón en España, para que no le entrada arena al interior y arruinara el vino. Para crearlo me inspiré en esas tardes de sunset donde el sol y el cielo son un mismo color. En este caso nos aportaría el color rojo brillante el Campari, como un sol radiante".
“New Irish”, de Franco Fochini para X-Bar (Marcelo T. de Alvear 360). Va con Jameson Caskmate Stout edition, Campari, gotas de averetto (syrup de avellanas rebajado con vodka, agua y esencia de avellanas) y almíbar regular. Sale decorado con zest de naranja y granos de café. “Servimos en vaso corto tipo old fashioned y utilizamos hielo entero”, comenta Franco. Y agrega: “Este cóctel está inspirado en el clásico Old Fashioned, utilizo una medida de whisky que tiene notas de madera y caramelo en el paladar (es un whisky irlandés clásico, añejado en barricas de cerveza negra artesanal). Para equilibrar los sabores y darle cierto cuerpo, utilizo Campari para darle ciertas notas de naranja y la acidez justa. Tonifico el cóctel con un poco de averetto, perfuma y le brinda un gustito a grano y madera en el fondo del paladar. Para realzar todos los sabores, almíbar simple para completar y bajarle un poquito la carga alcohólica. El nombre inspirado en la nacionalidad del whisky utilizado y, en vez de ´Old fashioned´, utilizo el ´new´ para marcar que es un cóctel nuevo y de mi autoría”.
“Greedy”, de Federico Quevedo para Glotón (Laprida 273). Es un trago que va con la identidad cárnica de la casa, ya que Glotón es un bar de carnes. Lo explica Federico: “El cóctel se elabora con un técnica que se llama fat wash, que consiste en macerar alguna grasa en un alcohol. En este caso matambre de cerdo macerado en ron Havana 7. Se deja enfríar en freezer, se hace un colado doble para separar la grasa y luego se elabora el cóctel con ese ron, jugo de limón y almíbar regular. Se perfuma con whisky ahumado, romero y humo de panceta. Y salió decorado con hojitas de romero”, concluye el bartender.
tea-shop_1573010580.jpgbrindisi_1573010938.jpgsale_1573011190.jpg“Tropezón”, de Nehuen Vicari.colores-santos_1573011419.jpg“Encantado y con placer”, de Eloy López.tucsoncoctel_1573011752.jpg“Alonso XIII”, de Mauri Padilla.“New Irish”, de Franco Fochini.“Greedy”, de Federico Quevedo“NegRoninChai”, de Matías Maenza.“Orgullo”, de Claudio Ghizzoni “El Propio”, de Paula Macasso. “Tropezón”, de Nehuen Vicari.“Afinz Tom”, de Gabriel Otero, “Encantado y con placer”, de Eloy López.“Mínina”, de Javier Blasco.“Alonso XIII”, de Mauri Padilla.“New Irish”, de Franco Fochini.“Greedy”, de Federico Quevedo
San Pietro Piccolo es la segunda dirección de este restaurante que se hizo conocido en barrio General Paz no sólo por ofrecer una buena gastronomía de espíritu italiano sino también porque dispone de una cocina paralela para elaborar platos sin Tacc (apto para celíacos).
Y ahora que llega el calor, si hablamos de Italia y de una terraza al aire libre, con vista a la calle y al resguardo de unas sombrillas enormes, no queda más remedio que pedir un Aperol Spritz ($ 160) y ver qué hay de bueno en la carta para hacer nuestro propio ritual del aperitivo.
En este caso vamos a probar la tabla de quesos ($ 450) y la berenjena a la napole ($ 180), dos compañeros que irán más que bien con el aperitivo de moda, de color anaranjado como el atardecer, que se elabora en un copón de vino con abundante hielo y ganas de pasarla bien.
Antipasto
La tabla de quesos presenta una interesante variedad de un tambo artesanal de Calchín (provincia de Córdoba) que se llama Don Santiago. Es una buena noticia teniendo en cuenta que en Córdoba hay productores muy destacados de quesos que escapan a los sabores habituales.
El queso azul sin dudas fue lo mejor (en Italia le dirían gorzonzola) y vale destacar los acompañamientos: hojas de rúcula fresca, ciruelas pasas y tomates cherry, complementos para que entre tanto pan y queso la tabla no se vuelva monótona (vale decir que entre los quesos que anunciaba la carta y los que llegaron, finalmente hubo algunas disonancias).
Luego probamos la berenjenas a la napole (melanzane alla parmiggiana), que llegan gratinadas en una paellera pequeña, bien humedecidas con salsa de tomate y albahaca fresca. En ambos casos, con aceite de oliva de muy buena calidad (Familia Caruso) se levantó brillo y placer organoléptico.
El buen aceite de oliva –en este caso, de La Rioja– es fundamental para la cocina italiana y cualquiera que se precie. Sin buen aceite de oliva no podemos ni arrancar.
La pasta
Entre los platos principales pedimos uno que no estaba disponible (algo que el mozo debe avisar de antemano). Entonces probamos una pasta lisa y otra rellena. Los Sorrentinos de Cordero a la chapa con salsa crema de romero y jengibre ($ 415) y los Taglioline Funghi ($ 385).
Los primeros son una pasta rellena pero horneada, una idea patentada en Córdoba que tiene cierta difusión en la gastronomía local. Y los segundos son un clásico. La pasta sale del agua y se sartenea en este caso con una crema de hongos champiñones frescos y de pino, logrando complejidad aromática terrosa.
Por último, antes del postre, vamos al baño de la galería donde se ubica el restaurante (la misma donde está Nórdico). Correcto en orden, limpieza y disposición de elementos descartables. Así debería ser en todos lados, siempre. ¡Por favor!
Nutella corazón
Nutella es una marca de crema de chocolate y avellanas, originaria de Italia. El que lo haya probado sabe que hablamos de algo sustancioso y muy delicioso, casi adictivo. En este caso se combina en un postre con una crema cocida, aromatizada con vainilla (Panna cotta, $ 220).
Sin dudas, es el mejor plato de la noche por presentación y combinación equilibrada de sabores, complemento que se logra también gracias a un detalle de pistachos picados que le dan crocancia a la crema pero también un sabor frutal y herbáceo sin igual.
Este sin dudas es un postre bien pensado y debe ser el faro que ilumine a la cocina de San Pietro Piccolo. Al ser un pequeño restaurante con dos cocinas, debe ofrecer mucho en pocos platos, combinaciones exquisitas de pocos y buenos productos. “Producto” aquí sería la palabra clave.
Contra eso y dos Aperol Spritz, no habrá nada que hacer. ¡Éxito asegurado hace miles de años!
San Pietro Piccolo
Calificación. Bueno.
José Echenique 2035, Cerro de las Rosas.
Reservas al (0351) 156-601919.
Martes a domingos, mediodía y noche.
Efectivo y tarjetas
Cubierto $ 35.
San Pietro Piccolo, en el Cerro de las Rosas.Sorrentinos horneados en paellera.San Pietro Piccolo, en el Cerro de las Rosas.
En el entorno casi mítico del Hotel Llao Llao en Bariloche, a orillas de un brazo del lago Nahuel Huapi, una mesa con mantel blanco reluce con una asombrosa variedad de entradas. Estamos en uno de los más preciados destinos turísticos de Argentina, en una ciudad que se ha instalado como un polo gastronómico de primer nivel en el mundo.
Ese merecido puesto se lo ha ganado la ciudad a partir de un trabajo conjunto entre el sector hotelero, la municipalidad, y el trabajo intenso de los chefs que no dejan de pensar proyectos para crecer gastronómicamente y eventos como el BALC (Bariloche a la carta), que sirven para mostrar los productos regionales.
Uno de los más activos es Ariel Pérez, el chef ejecutivo del Llao Llao. Mientras corrige las brasas, ajusta el nivel de humo y marca el correcto dressing de las ensaladas, cuenta la manera en que llegó a uno de los puestos más exigentes de la actividad.
–¿Cómo fue tu formación en la cocina?
–Soy de Carapachay, en Vicente López. Estudié en el Instituto del Automóvil Club, empecé un restaurant en Palermo y una pasantía en Francia. Después me embarqué en cruceros, que fue una experiencia fantástica. Me embarcaba de 6 a 8 meses seguidos sin franco, trabajando entre 12 y 14 horas por día. Entrabas a la mañana, cortabas a la tarde y si estabas en puerto se podía bajar pero muchas veces no. Se trabaja a un ritmo infernal que da un buen entrenamiento. Cuando bajaba, contaba los días para volver a embarcarme, es muy divertido.
–¿Cómo llegaste al Llao Llao?
–Dejé un currículum hace años, pero ni me acordaba. Había empezado un proyecto propio con mi mujer y un día me llamaron desde Llao Llao. Era una oportunidad única así que me vine a Bariloche y me propusieron hacerme cargo de la cocina, cosa que no dudé. Trabajo en el hotel desde hace 6 años y hace un año que asumí el puesto de chef ejecutivo.
-¿Qué desafío presenta trabajar en un lugar de esta magnitud?
–En muchos aspectos parece operativamente similar, pero es un hotel inmenso y con un servicio de primera que impone desafíos diarios. Somos 45 personas en la cocina, es un hotel que trabaja muy fuerte todo el año, con muchos eventos. Este año tuvimos muchos personajes importantes, reyes, presidentes. Por ejemplo, vino el rey de Swazilandia, un pequeño país de África que tiene una monarquía absolutista, y había que servirlo con todo su séquito. Fueron 5 días súper intensos. Son desafíos enormes más allá de la diaria que es un volumen interesante. Ahora mismo hay 400 huéspedes en el hotel. Los equipos deben estar muy entrenados.
–¿Trabajan a partir de premisas en el diseño de los platos?
–La primera premisa que nosotros tenemos es “Patagonia, producto regional”. Tenemos cinco puntos de venta dentro del hotel y todos sobre el eje del producto regional. Cada restaurante dentro del Llao Llao es muy diferente al otro, porque el hotel es un destino por sí mismo. Mucha gente viene y casi todos prefieren comer en el hotel. El desafío está en hacer una oferta variada para el que quiera comer todos los días pueda hacerlo en distintos lugares dentro del hotel siempre con productos patagónicos.
–¿Qué productos patagónicos utilizan?
–Ciervo, cordero, trucha, hongos. Ahora el producto patagónico estrella es el capón que es el cordero grande, de más de 12 kilos. Lo pusimos en la carta este año. Es un producto que ha quedado medio olvidado, antes se comía mucho capón en la Patagonia, asados o guisado de diversas maneras. Estamos tratando de revalidar eso.
–¿Cómo se actúa para revalidar un producto de este tipo?
–No se trata sólo de pensar en el producto sino en cómo se lo prepara y se lo presenta para que la gente lo reciba. A veces algunos comensales no pueden creer que están comiendo un capón de 26 kilos. Con métodos de cocción correctos se logra un producto extraordinario. El capón exige otro tipo de cocciones, para sacar parte del sabor que es más intenso y cierta dureza de la carne porque son animales más grandes.
–¿Hay también una búsqueda de variedad regional?
–La gran novedad ahora es la cerveza artesanal que Wesley hace especialmente para nosotros. En breve abrimos una cervecería en el ala que da sobre el lago. Ofrecemos empanadas de cordero, de trucha, de salmón y langostino. Tenemos un asador criollo. Hacemos sushi con la misma premisa de lo regional, que siempre está en la carta. Ahora estamos desarrollando una huerta hidropónica de hierbas y brotes.
–¿Cómo logran incorporar los productos regionales en la carta?
–Lo principal es la concientización de los pequeños productores y potenciarlos. Incorporamos los aceites de la región, los vinagres de la China Muller, aderezos, nueces, peras, frutas rojas. Hasta cambiamos el agua con la que trabajamos para tener agua de la zona. El capón mismo surgió después de un dialogo con la gente de la cocina rural. Ellos propusieron el desafío y nosotros lo pusimos como plato principal en Bariloche a la Carta para valorizar este producto. Y entregamos folletos con recetas para prepararlo en casa. Lo mismo estamos haciendo con los vinos: hicimos una carta de pasos todo maridado con vinos patagónicos. Desde sidra hasta el Pinot noir que es nuestra cepa insignia. Tenemos mucho turismo internacional y con esto somos la ventana de los productos de la Patagonia al mundo.
Ya es usual en el rubro gastronómico la noche dedicada a alguna especialidad. Este jueves será el turno de las heladerías y Córdoba no estará ajena a la jornada promocional.
Una de las heladerías más reconocidas de la ciudad, como Gatelín (Fragueiro 1957, Alta Córdoba) una vez más estará festejando la noche especial y desde las 19 ofrecerá el cuarto kilogramo de helado con un 50 por ciento de descuento.
Helados Luccedela (bulevar Los Granaderos al 1.500) y La Ma (Juan B. Justo al 2.500). Helados Di Piu (Mahatma Gandhi 604) y Doppia Pana (Cacheuta 3533, B° Residencial Vélez Sarsfield) dirán también presente con descuentos
Varias cadenas también serán parte: Bariloche (Bv. Chacabuco 290 y sucursales), Wöllen (Luis de Tejeda 4054), heladería Chuii, las sucursales de Luis de Tejeda 4521 y de la Recta Martinolli 8360 y Mayo Helados (Ituzaingó 1187 y Santa Rosa 938).
A nivel nacional se puede consultar en http://www.afadhya.com.ar/ cuáles son las heladerías que se pliegan a la noche especial.
La bodega caroyense Terra Camiare presentó cinco de sus productos ante el máximo crítico de vinos del mundo y obtuvo para tres de ellos calificación de oro.
Robert Parker, referente de la publicación especializada The Wine Advocate, se encargó de evaluar los vinos cordobeses y para sorpresa de muchos no solo hubo puntajes de oro, sino que fue calificado como “muy bueno” una botella que en el mercado cuesta 200 pesos, algo que en términos internacionales es casi una rareza.
Las puntuaciones fueron:
- Socavones Ovum Malbec 2018 – 91 pts (Oro)
- Socavones Gran Quilino 2017 – 90 pts (Oro)
- Socavones Semillón Vintaje 2018 – 90 pts (Oro)
- Socavones White Blend 2017 – 89 pts (Plata)
- Indama Rosado de Isabella 2019 – 88 pts (Plata)
Según la escala utilizada por Parker, aquellos vinos que tienen más de 90 puntos son vinos “excelentes”, mientras que aquellos que califican entre 80-89 puntos son considerados “muy buenos”. Justamente en ese rango se encuentra un vino joven rosado a base de uva Isabella, uva típica de Colonia Caroya, cuyo valor es de 200 pesos.
Según informaron desde la bodega, sus vinos ya habían obtenido puntajes de oro ante el estadounidense James Suckling (92 y 93 puntos) y ante el británico Tim Atkin (90 y 90 puntos).
Vino tirado
Por otro lado, la bodega lanzó su nuevo proyecto llamado “Vino tirado” en el bar Peñón del Águila. Entre los vinos que se podrán probar con esta metodología estará el Indama rosado de Isabella puntuado en 88 puntos por Robert Parker Wine Advocate.
De Argentina al mundo
Días atrás el vino Piedra Infinita 2016 de bodegas Zuccardi obtuvo el máximo premio por parte del crítico Robert Parker quien lo puntuó como un vino de excelencia (100 puntos).
¡Por fin se puede comer ramen en Córdoba! Los restaurantes que se especializaron en sushi nunca lograron abarcar otro tipo de propuestas afines a la cultura japonesa, y repitieron y repitieron la misma combinación de arroz y salmón rosado una y otra vez (con palta, con queso, con huevo, etcétera).
Sin dudas el empuje de los jóvenes en busca de nuevas sensaciones le permite hoy a Nakama tener cola en la puerta cualquier día de la semana. Tan correcta es su propuesta que muchos lo viven como una ventana directa a la cultura japonesa o asiática, algo que no existía en Córdoba.
¡Si cuando cualquier foodie cordobés iba a Buenos Aires y recorría el barrio Chino lloraba de desesperación! En este caso no serán manzanas y cuadras de opciones, pero al menos un rinconcito en pleno Centro se necesitaba en esta ciudad, que también tiene gente que busca salirse de lo de siempre.
Está ubicado frente a la Plaza de la Intendencia y, por más que el calor se apropie de la ciudad, parece que el ramen se sigue despachando a buen ritmo (eso sí, con el aire prendido a full).
¿Qué es el ramen?
El ramen es básicamente una sopa de fideos. Su origen es chino-japonés y en Nakama la propuesta se centra en algunas pocas variaciones. El resto de la carta también muestra pocos platos en cada segmento, algo que está más que bien porque la experiencia se torna ágil y los cambios de carta obligarán a volver.
Seguramente hay que esperar un poco en la puerta porque el lugar es chiquito y siempre está lleno. En el local hay extranjeros y algunos pelos pintados y piercings que nos trasladan a una capital cosmopolita, esas donde a la gente le importa muy poquito lo que piensen los demás.
Tenemos murales al ingreso y en el interior. Hay objetos de culto en un salón iluminado, colorido y con vista a la calle por unos grandes ventanales. Y casi todo el personal delante y detrás de la barra muestra rasgos orientales, lo cual suma al exotismo de la experiencia.
Igual, los que no los tienen conocen perfectamente cómo explicar cada plato de una carta que es breve, pero que puede resultar compleja. Y ese es un gran punto a favor para Nakama: la capacitación en el servicio.
Los platos
De entrada pedimos dos Onigiri ($ 105), uno vegetariano y otro con carne de cerdo. Son bolas de arroz, tibias, con forma triangular, de dos centímetros de alto, envueltas en alga nori y selladas en sartén. “Es como un sándwich de arroz del tamaño de la palma de una mano”, graficó el mozo. Sirvió para entender perfectamente de qué se trataba.
El veggie estaba relleno de una deliciosa mezcla de tofu, de hongos y de cebolla, todo salteado con salsa teriyaki. El de cerdo no tenía tanta combinación de sabores ni jugo (humedad) suficiente como para igualar al primero, así que nos quedamos con la primera opción como la preferida, por sabor y por untuosidad.
Luego sí, pasamos al ramen. Y lo bueno es que la carta descontractura un poco la situación expresando (porque siempre hay una primera vez): “Antes de pedir el tenedor, probá con los palitos. Probá el caldo con el cucharón antes de adentrarte en los fideos, saboreando el umami (quinto sabor). Comé los fideos rápido antes de que se ablanden. En Japón no es mala educación hacer ruido al sorber fideos, y se dice que el aire ayuda a incorporar mejor los sabores, así que en Nakama podés hacerlo. Los demás ingredientes se comen a gusto”.
El ramen
Es un bol amplio, de fideos que llegan en un caldo de un sabor muy profundo. Hablamos de una cocción muy larga que puede ser con verduras y con pescados, con mariscos, con cerdo o con pollo.
Nosotros probamos el ramen Miso ($ 270), que ofrece un caldo a base de pollo y de cerdo, pasta miso (fermento de soja), ajitama (huevo marinado en salsa de soja), cerdo picado, choclo, brotes de soja, cebolla de verdeo picada y alga nori. Es algo realmente delicioso y hasta divertido de comer.
Luego fuimos por uno de pescado. El ramen Ebi Udon ($ 390), que se presenta con fideos más gruesos, en caldo de pescado, tres langostinos rebozados en panko (fritos), ajitama, cebolla de verdeo, zanahoria y alga nori. Tan instagrameable como el anterior.
En ambos casos los complementos fueron una ensalada fría de pepino con cebolla y un kimchi (fermento casero) de endivia, bien picante y especiado. También se pueden pedir salsas aparte para darle todavía más complejidad al conjunto.
Los complementos
Hay gaseosas ($ 75) y cerveza artesanal Panaholma, de Traslasierra ($ 160, 500 cc). Pero también hay productos importados. Probamos Sweet Blooming ($ 240, 300 cc.), un "vino" de ciruela embotellado, un fermento casi salvaje con aroma a Menthoplus cherry.
Mejor resultó la cerveza Mango Lingo ($ 200, 500 cc), que se percibe como una rubia tradicional, pero con un aditivo de esencia de jugo de mango, lo cual la deja suave y mucho más agradable en boca.
La pata floja de Nakama está por ahora en los postres, ya que no figuran en carta porque no siempre hay disponibilidad. La explicación fue “no hay pasteleros japoneses”, algo que suena al menos responsable. No es cuestión de hacer algo sin un preciso conocimiento.
Nakama significa en japonés “compañero de viaje”. Hace referencia a la pareja propietaria, de padres orientales y de un viaje que resultó revelador. Pero sin dudas la definición le cabe como anillo al dedo a cualquiera que visite el restaurante.
Como ya anticipamos, es una pequeña pero entretenida ventana a Japón, en plena zona de Tribunales.
Nakama Ramen Corner
Calificación: muy bueno.
Duarte Quirós 399, Centro.
Lunes a sábados por la noche.
Efectivo y tarjetas.
Efectivo, 10% de descuento.
Fachada de Nakama, sobre Duarte Quirós (Facebook Nakama).Ramen en Nakama (Facebook Nakama).Mural del interior de Nakama (Facebook Nakama).Ramen en Nakama. (Facebook Nakama)Fachada de Nakama, sobre Duarte Quirós. (Facebook Nakama)Mural del interior de Nakama. (Facebook Nakama)
Desde el lunes 18 al domingo 24 de noviembre se realizará en el mundo entero la cuarta edición de la Semana de la Cocina Italiana, y Córdoba dirá presente con la organización a cargo del Instituto Italiano de Cultura, el Consulado General en Córdoba y de CircuitoGastronomico.com.
Participan más de 40 restaurantes y fábricas de pastas de la ciudad y del interior provincial, con menús que destacan los ingredientes más representativos de la dieta mediterránea, a precio promocional. Toda la info (menús, precios y eventos especiales) se encuentra en la página web SemanadelaCucinaItaliana.com.ar.
Feria de vinos este finde en Carlos Paz
Mosto Vinos y Bebidas organiza este domingo 17 la segunda edición de Cuando Guste Expo Bodegas y Selectos 2019, que se realizará de 18.30 a 24 en el Hotel Portal del Lago de Villa Carlos Paz (Goberdador Álvarez 600). Propone una experiencia donde se reunirán bodegas, empresas gastronómicas y afines, con el propósito de generar un espacio donde productores y bodegas puedan potenciar el consumo de sus productos.
La entrada tendrá un valor de $600, que incluye copa de degustación. Están a la venta en Mosto en Carlos Paz (Uruguay 500) o a través de Instagram en @ticketpass y @mosto.oficial. Más info al (03541) 153-79752.
En busca de la identidad local
Este sábado 16 de noviembre, desde las 12, Pan Plano Barrio Jardín (Ricchieri 3283) organiza Iden, un proyecto que busca descubrir la identidad gastronómica cordobesa. El movimiento busca impactar y sumar todas las voces que hacen a la identidad gastronómica local: el campo, la industria, los profesionales de la cocina, y cocineros amateurs.
Se disfrutará de una variedad de pizzas preparadas con ingredientes de productores de la provincia de Córdoba. El chef Andrés Chaijale ofrecerá una master class de los menús del día, la conducción estará a cargo de Ale Tavarone y se anuncia show de música en vivo con Hipnótica. Más info al (0351) 156-416490.
Noche de alta gastronomía coreana en Sibaris
Se viene la última cena de alta gama de Sibaris (Buenos Aires 214), un ciclo que contó con destacados chefs invitados como Patricia Courtois y Mercedes Solís. Esta será la última de las cenas especiales del año y contará con la chef Marina Lis Ra. Será el jueves 28 de noviembre, con sabores y técnicas sorprendentes. El menú será de seis pasos acompañados con los vinos de la bodega mendocina Luigi Bosca. Consultas y reservas al (0351) 156-863188.
Se anuncian dos cursos sobre vinos en Córdoba
El primero “Siente el vino” se realizarán en Cientovolando Bar (Rondeau 515) los días 22 y 29 de noviembre. El primer encuentro será sobre vinos tintos y especiales, y el segundo, sobre vinos blancos y espumantes. El valor de cada clase es de $ 850, con cupos son limitados. Más info al (0351) 153-029401.
El segundo curso es el que dicta la sommelier Mica Ferrero, “Taller Inicial del Mundo del Vino”, un taller teórico práctico “orientado a consumidores curiosos que quieran descubrir los aspectos básicos del vino e iniciarse en el arte de la degustación”.
El taller consta de tres encuentros: el primero es este viernes 15 de noviembre, y continuará los viernes 22 y 29. El precio del taller incluye variedades de vinos de cata, selección de quesos Tambo Don Santiago y sorpresas para disfrutar. Se realizará en Vinoteca Barracón (Esquiú 68, barrio General Paz). Inversión: $ 2700. Teléfono (0351) 153-395150.
Villa Nueva anuncia Fiesta de la Cerveza Artesanal
La localidad Cordobesa de Villa Nueva realizará este fin de semana largo, la Primera Edición de la Fiesta de la Cerveza Artesanal y Gastronómica. El evento es organizado por la municipalidad y se desarrollará el 16 de Noviembre a partir de las 16 en el parque Hipólito Irigoyen de Villa Nueva.
Contará con más de 10 stands de cervezas artesanales, 26 puestos gastronómicos, todo acompañado de actividades para los más chicos en zona de entretenimiento. La fiesta, contará además con los shows de las bandas De la Rivera y La Mancha de Rolando, entre otras. La entrada será libre y gratuita.
Cena degustación en el hotel de la Cañada
El jueves 14 de noviembre, a partir de las 21, el Restaurante Hotel de la Cañada (Marcelo T. de Alvear 580) organiza una nueva edición de Cena & Degustación de Vinos. En esta ocasión, la noche estará acompañada por vinos de Bodega & Viñedos Alfredo Roca.
Incluye menú en cinco tiempos con platos especialmente recomendados por el chef Guillermo Blanc Triulzi. El valor de la tarjeta es de $ 985 por persona. Las reservas anticipadas pueden realizarse al (0351) 420-8000.
semana_cucina_1573667406.jpgferia_de_vinos_1573667900.jpgchaijale-andres_1573670402.jpgLa semana de la cocina italiana también se disfrutará en Córdoba.Felia de vinos este domingo en Carlos Paz.Chef Andrés Chaijale.
Este domingo 17 de noviembre se realiza la 39 edición de la Fiesta del Salame de Colonia Caroya, una fiesta que se extenderá desde el mediodía hasta la noche, con espectáculos en vivo y mucho pero mucho salame, la joya gastronómica del lugar. ¡Y un emblema de los sabores de Córdoba!
Se dispondrán de mesas y sillas a lo largo de la avenida San Martín (la calle de los plátanos, la que parece una postal) y entre músicas características el visitante podrá disfrutar de un gran botín: más de 400 kilos de salame, que se elaboraron 30 días antes en un local de la misma emblemática avenida.
Hasta allí llegamos para saber cómo es la previa a un evento con tanta tradición y sabor. El salame de Colonia Caroya es un producto de alta calidad que ha trascendido las fronteras de una ciudad que se destaca como pocas cuando hablamos de turismo gastronómico.
¿Qué es el turismo gastronómico? Esto significa que mucha gente se traslada hacia un lugar atraída por la gastronomía de ese lugar. ¿Y quién no fue un domingo a comer salame y pastas a la Colonia? ¿Quién no se tienta con ir este domingo a la Fiesta del Salame y tomarse un vino regional?
Colonia Caroya es "tierra santa" para un amante de la gastronomía. Tiene un imán que pocas ciudades del mundo pueden ostentar.
Salames oficiales
El salame de Colonia Caroya tiene un IG (identificación geográfica). Eso significa que hay una receta oficial, homologada por el municipio y productores organizados. Ellos fueron los encargados de la elaboración del salame de la fiesta.
400 kilos de carne de vaca, cerdo y tocino mezclados, representan entre 800 y 850 salames. Y con esa cantidad piensan darle de comer a siete mil personas. Claro, no es solo de salame la fiesta, sino que se complementa con picadas que incluyen otros productos locales como bondiolas y quesos criollos, además de panes caseros elaborados en hornos de barro.
Los productores organizados con identificación geográfica actualmente son seis: Guillermo Ripeloni, Martín Piazzoni, Mariano Cragnolini, Marcelo Prosdósimo, Ramiro y Maximiliano Visintín y Amilcar Ñáñez. Y esta carneada previa empezó temprano en Mío Nonino (San Martín 2266), el local de regionales de Ripeloni, un mes antes del evento, para respetar el tiempo mínimo de estacionamiento que dicta la IG.
Cada uno de los productores llevó a su gente de confianza para cortar, procesar, condimentar, amasar, embutir y colgar los salames. Y en el transcurso de la jornada por supuesto no faltó el vermú con soda desde temprano ni el asado cuando el trabajo terminó, entrada la siesta en la Colonia. Las costumbres friulanas como vemos se fusionaron de maravillas con las criollas.
La receta
¿Cuál es la receta oficial de los salames de Colonia Caroya? ¿Cuál es el paso a paso oficial para la elaboración de uno de los embutidos más reconocidos del país?
Guillermo Ripeloni cuenta que no carnearon animales a la vieja usanza, sino que compraron la carne de vaca (270 kilos de bola de lomo) y que la carne de cerdo (140 kilos) fue donada por un frigorífico (Establecimiento Don Pedro) para la ocasión.
Para tener una referencia, de 100 kilos de salame, 55 por ciento o kilos son de carne de vaca, 23 por ciento de carne de cerdo y otro 22 de tocino (siete van molidos para ayudar a ligar el salame y el resto –15– en cubitos o dados blancos que se ven en el salame). Se completa con 2.7 kilos de sal fina, 350 gramos de pimienta, cinco litros de vino blanco macerado con dos cabezas de ajo y 30 gramos de sal nitro (conservante).
La fecha coincidió con la visita de dos especialistas italianos en chacinados, que llegaron para asesorar a los productores locales en la utilización de cortes alternativos para la elaboración de productos de charcutería, derivados del cerdo como fiambres y embutidos.
“Los tanos” miraban atentos y reían ante las ocurrencias de las 15 personas que trabajaban alegres en la mesada. Algunos descendientes de gringos, otros bien criollos. La proporción justa para representar bien a esta ciudad del norte cordobés.
Paso a paso
Largaron a las siete de la mañana. Primero desgrasaron la carne de toda adiposidad, nervio o grasa. Se limpió también el tocino, la grasa del cerdo que se encuentra entre el cuero y la costilla que hoy también llega listo, fraccionado desde el frigorífico.
Una vez que estuvo todo limpio, siguió el próximo paso, que es la máquina que muelen ambas carnes a la vez en los porcentajes correspondientes, para que se vayan fusionando. De ahí va a la mezcladora o amasadora, con el tocino, los condimentos (sal y pimienta) y el vino blanco con ajo.
Luego se rellenan las tripas de vaca que sirven de soporte. Si bien también llegan listas del frigorífico, hay que lavarles la sal en la que se conservan.
Luego se embute apretando bien las manos para que no quede aire en el interior. Se ata (se hace “una lazada”), se pincha para que pierda líquido y se cuelgan en varillas en el secadero a 22 grados durante el tiempo que sea necesario.
Un secadero cuya tecnología puede alternar entre una estufa o ventilador según la necesidad. En uno o dos días esos “protosalames” ya se puede secar y estar listos para colgar en el sótano. Ahí el salame empieza a fermentar, a transformarse.
El salame “da la vuelta” dicen los productores. Con mucho salame en un sótano (necesitan estar 30 días) el olor a amónico producido por el hongo Penicillium nalgiovense, se hace sentir y molesta a los que no están acostumbrados.
El hongo es ese moho blanco que recubre a las piezas. Al proceso también se lo conoce como “emplumado”, y ayuda al estacionamiento. No hay que asustarse, es señal de que el producto está como tiene que estar.
Tradición familiar
Tanto Ripeloni como Cragnolini, Prosdósimo y los hermanos Visintín (Amilcar Ñáñez no pudo ser de la partida en esta reunión) coinciden en que su “amor” o “pasión” por el salame no se negocia. Es que comenzó hace tiempo y es parte de su ADN.
¿Cómo? ¿Cuándo? En el seno de sus hogares, la elaboración de salame es una actividad que se realiza desde hace tiempo y se sigue realizando en las familias de la zona por cultura familiar.
Todos son descendientes de italianos que a finales del 1800 y principios del 1900, esperaban las primeras heladas del invierno cordobés para la faena de los cerdos que ellos mismos criaban.
“Yo tengo dos hijos pero los salames para mí son otros hijos que concibo semanalmente en mi negocio. Eso es lo que siente por el producto: amor total, amor familiar”, explica Ripeloni.
Martín Piazzoni cuenta que es “nacido y criado en la ciudad que amo, que es Colonia Caroya”. “Mi nonno Leandro Piazzoni empezó a hacer salame en 1955, y lo vendía en el bar 9 de Julio, que tiene más de 100 años y todavía está abierto en manos de mi familia”.
Piazzoni es el único de los nietos que se dedica profesionalmente a la elaboración. Tiene 39 años y hace salame desde los 16. “Cuando falleció mi abuelo me hice cargo. Dejé un tiempo y a los 21 por suerte volví al rubro, que es mi pasión”, confiesa Martín.
En cuanto a los cambios generacionales, detalla que “los nonnos” tenían otra forma de trabajar. “Ahora si querés todo es más fácil”, asegura. “Hay pasos que se han adaptado a los tiempos (no se carnean animales, se muele y mezcla con máquinas y otras cosas que ayudan bastante)”, sintetiza.
“Una carneada al año entre amigos se hace sí o sí. Es una tradición que une a las familias, a los amigos, que nos llena de recuerdos de los viejos buenos tiempos. Imaginate que iba a la casa de mi nonno y me hacían la chocolatada con un sándwich de pan casero con salame”, cierra el productor.
Todo por el salame
Mariano Cragnolini, dice que hace salame por una cuestión de tradición. “Me apasiona comer bien. Me gusta estacionar bien los productos como hacía mi abuelo. En el negocio puedo tener salames de entre 45 días y varios meses de reposo”, asegura.
“En mi casa fui armando de poco mi sótano. Empecé a cavar con un amigo y lo hice en partes. Después en la fábrica hice 110 metros de sótano para eventos. Allí guardo mis vinos, jamones y salames. Es un búnker”, cuenta entre risas.
Ramiro Visintín es otro de los protagonistas de la jornada. “Con mi familia arranqué hace solo dos años profesionalmente pero desde siempre que lo hacíamos con el nonno”, apunta. Los Visintín son una familia numerosa en la Colonia y más allá. Tanto, que en octubre organizan su propia fiesta, reunión que ha llegado a tener 600 invitados, provenientes de todo el país y hasta del Uruguay.
Cuenta Ramiro que fue Marcelo Prosdócimo fue quien le enseñó el oficio. Luego se largó solo y considera que además de ser una buena fuente de trabajo, a sus 25 años trabaja de lo que más le gusta. Por eso es feliz. Cuida un emblema de su familia. “Cada vez que entro al sótano siento una conexión con mi infancia, con mis recuerdos. Eso no tiene precio”, finaliza.
Marcelo Prodósimo es el representante de la cuarta familia en esta carneada. Dice que por suerte Colonia Caroya respeta, cuida y preserva las tradiciones familiares. “Por eso siempre se come bien en cualquier lado. Acá se cocina bien porque respetamos las recetas de nuestras abuelas y abuelos”, asegura.
Y finaliza: “Las carneadas eran lo mejor del año. Se juntaban vecinos, amigos, familiares, se ayudaban entre sí. Yo lo viví muchos años con mi familia y son recuerdos que realmente viven en mí. Amo hacer salame porque realmente forma parte de mi historia como persona”.
¿Por qué se corta en diagonal el salame de la colonia? Tradicionalmente para que los dados de tocino se desparramen mejor en la visual. Representan solo el 15 por ciento del contenido pero si se lo cortara en círculos la proporción se torna a la vista menos equilibrada.
La Fiesta del domingo
La edición 39 de la Fiesta del Salame Típico se desarrollará este domingo 17 desde el mediodía en la avenida San Martín, con música, danza y comidas típicas. La entrada es libre y gratuita.
¿Qué puede salir de una juntada de amigos que trabajan y conocen el vino mientras comen asado? Pues la idea de hacer vinos. Para que la magia suceda se tienen que alinear los astros y las inquietudes, proliferar la pasión y un buen toque de locura, y ahí nomás la idea de hacer vino se puede convertir en un proyecto serio.
Hace unos años los astros se alinearon en forma de una botella de uva Garnacha que uno de los comensales trajo de Gredos, una zona cerca de Madrid reconocida por este tipo de uva. La emoción los embargó a todos y esa misma noche aciaga crearon el “Team garnachista”, una banda de amigos dispuestos a rescatar el cultivo y la difusión de la uva garnacha en Argentina, que tiene una larga historia en el vino Carlón, pero después se perdió.
Eduardo Soler es el que comanda el grupo fundador de la bodega Ver Sacrum en el Valle de Uco, Mendoza, quienes apostaron además por diversas cepas no tradicionales, que hacen que este proyecto sea uno de los más interesantes del momento. El vino garnacha es un vino cuyo color claro, con reflejos rosados, despista un poco porque parece liviano, pero es intenso y fresco.
–¿Por qué plantar garnacha sabiendo que es una uva poco conocida?
–Nos preguntamos por qué no tenemos esa uva en Argentina, a pesar de que sabemos de que se adapta muy bien, porque le gusta el calor y los suelos arenosos. Nosotros tomamos la bandera de la garnacha y somos los mayores productores de garnacha en Argentina. No son muchas hectáreas pero es un primer gran paso para revalorizar esta cepa. Plantamos en la zona de Chacayes en El Valle de Uco en el 2011 y en 2014 fue la primer cosecha. Ésa fue la vuelta de la garnacha después de muchos años sin la expresión varietal en etiqueta.
–¿Qué los atrajo de la garnacha?
–La premisa del proyecto fue hacer vinos que nos gusta tomar a nosotros. Nos encantan los vinos del Ródano y en Argentina no se plantaban la mayor parte de esas uvas. Así que nos decidimos a probar para hacer vinitos para nosotros, como un hobby. Hoy se transformó en un gran proyecto con 13 etiquetas. Somos tres amigos que empezamos a vivificar los vinos en el garaje de mi casa, y ahora ya alquilamos una bodega difundiendo el garnacha y otras cepas.
–¿También es una forma de diferenciarse en un mercado muy homogéneo?
–Estábamos cansados del Malbec, de los vinos alcohólicos, pesados, maderosos. El vino es alimento, nos criamos con el vino en la mesa en todos los almuerzos y cenas de nuestras vidas. Y veíamos que hay cosas que no se pueden tomar todos los días. Y nos dijimos: si la viticultura va para allá, nosotros vamos a ir para el otro lado. Queremos vinos menos alcohólicos, más frescos, con acidez natural más marcada, que sean naturales, respetando el clima, no homogeneizar el vino sino que el clima también refleje si fue más cálido o más frío el año. Queremos menos madera, saborear la fruta. Juntamos todo eso en un papel y empezamos a diseñar los vinos.
–Las otras variedades que plantaron también son muy poco conocidas.
–Eso es un poco por casualidad y por capricho. Nos decidimos por algunas cepas que nos interesaban y además cada uno eligió una cepa más para satisfacer un capricho. El mío fue la Mencía, el del otro un Nebbiolo, y el otro Teroldego. Sabíamos que al menos las plantas centrales se iban a adaptar bien y las otras era cuestión de probar. Hicimos un esquema siguiendo el blend del Ródano: Garnacha, Syrah y Monastrell. Para el vino blanco Roussane y Marsanne. De ahí sale el Geisha de Jade que es otro de nuestros vinos ícono. Cuando miramos el listado del vivero de Italia que nos mandaba las plantas teníamos 11 variedades elegidas y eran todas raras.
–¿Es también una forma de escapar de lo común?
–Mi esposa y yo nos queríamos ir a vivir al campo y encontramos una finca en Chacayes y al final la plantamos toda y no quedó lugar para la casa. Encontramos otra que se llama La Cayetana, que es una casa de 1865 que fue la primera finca de Maipú con uva francesa. La casa me la entregaron con la biblioteca entera, y había manuscritos y documentación sobre técnicas de vinificación de esa época. Nuestros vinos están siguiendo esos preceptos. Usamos una prensa manual que tiene 120 años. Además en el restaurant de La Cayetana hago un menú adaptando el recetario de las instrucciones de la señora a la cocinera en 1865: cada paso tiene su vajilla de época, respetando los ingredientes y las técnicas. La mayoría de los productos los cultivamos en nuestra huerta.
–Es una valorización histórica completa.
–En estos proyectos más chicos sale a la superficie la personalidad. Apostamos por vinos distintos pero no por pura rebeldía, sino porque queríamos tomar otra cosa, queríamos diversidad. Eso es lo lindo que tiene el vino: hay tantas fotos distintas de lo mismo que tenés para 4 vidas. Esa es la apuesta de Ver Sacrum.
–La etiqueta plantea también una ruptura con lo tradicional.
–El nombre Ver Sacrum significa Primavera Sagrada y era una ceremonia pagana en el principio del ciclo agronómico. Durante el Ver Sacrum en el Imperio romano casaban a jóvenes que mandaban a colonizar tierras y obligaban a llevarse estacas de vid para empezar un viñedo nuevo, y eso contribuyó a difundir la vid por toda Europa. Conecta con la historia de la vid y plantar algo que en Argentina se perdió y ahora está de vuelta.
Desde la cuenta de McDonald’s Argentina lanzaron hace varios días una convocatoria en Twitter para que sus seguidores compartieran una foto con algún juguete retro, a raíz de los 40 años de la Cajita Feliz.
Combo: comida rápida, “marketing” y obesidad
Una de las imágenes que subió un usuario fue una interesante muestra de lo que significó, en términos de cultura masiva, la creación de este producto de comida rápida. En la foto había más de una veintena de juguetes que iban desde el mismísimo Demonio de Tasmania (de moda en los ‘90 con los Looney Tunes) hasta varios personajes de los Minions.
La postal mostraba con un par de docenas de muñecos más de 30 años de entretenimiento infantil vinculado al cine y a la televisión, que abarca al menos a dos generaciones de consumidores.
Genial Pablo!Hablando de recuerdos, #CajitaFeliz cumple 40 años! Redoblo apuesta
Suban su FOTO CON JUGUETE RETRO de #CajitaFeliz y al tweet con + RT , le obsequiamos colección completa de JUGUETES MEMORABLES 40 AÑOS
Para alimentar la nostalgia retro, la sede central de la casa de comidas rápidas relanzó en Estados Unidos 17 de los muñecos más emblemáticos de la Happy Meal (su nombre en inglés). Entre ellos, estaban un Power Rangers, Tamagochi, Furby, Hello Kitty y el mismísimo Mickey Mouse.
El concepto de premio coleccionable, sumado al de comida rápida, fue toda una novedad para la época en la que surgió el producto. Con el correr de las décadas, se fue sofisticando, a tal punto que hubo distintas legislaciones que tuvieron que contemplar controles al respecto.
El primer gran cambio que introdujo el producto durante su lanzamiento en 1979 fue la reducción del tamaño de la porción pensada exclusivamente para chicos. Si bien al principio los regalos que se podían elegir estaban vinculados sólo a la marca (lapiceras o billeteras), McDonald’s pronto tuvo la astucia de asociarse con la industria cinematográfica, con gigantes como Disney o Pixar, para poder, en conjunto, promocionar estrenos de películas infantiles. De esa forma, ambos ganaban.
La introducción del menú infantil en el mercado de la comida rápida generó cambios en las estrategias de ventas de los restaurantes en general, ya que muchos se vieron obligados a tener una opción para niños dentro de la carta de platos. Todos adaptan la porción, incluyen papas fritas y ofrecen algún tipo de juguete.
Lo que hay en el mercado
Betos, por ejemplo, ofrece su menú llamado Cajita Infantil, que se compone de “Betito, papas pequeñas, gaseosa pequeña y juguete sorpresa”.
La casa de comida mejicana Mariachi tiene Mariachi Kids, con dos menús diferentes: uno está compuesto por nuggets de pollo y el otro por una hamburguesa de jamón y queso. Todo siempre viene con papas y gaseosa, dos infaltables para el paladar de los niños.
Por su parte, Junior B ofrece, además de almuerzo y cena, la opción de desayunos y de meriendas infantiles con chocolatada y con mini-Oreo en la típica cajita que atrae visualmente a los más chicos y que incluye siempre un juguete sorpresa. Desde la empresa, aseguran que es parte de su fortaleza tener opciones familiares y variar los menús para mantener el interés.
Pizza Zeta también tiene Zeta Kids, con la particularidad de que hasta la pequeña porción de pizza viene acompañada con papas fritas. Algunas de las marcas de comidas rápidas acompañan sus productos con una zona de juegos especialmente pensada para los más chicos.
Pedro Iudicello, dueño de Pizzería Don Luis, le dijo a La Voz que en los 30 años que trabaja en el rubro ha visto muchos cambios en el mercado que hicieron necesaria la introducción de un menú para chicos, cuyo infaltable es, sin dudas, el muñeco de regalo.
“Con el menú infantil, el chico quiere el juguete. Nosotros tratamos de hacerlo con el mejor pan y la mejor hamburguesa, pero en realidad lo que mira el niño es el juguete”, dice Iudicello.
Y luego agrega: “Hoy por hoy, nosotros tenemos que pensar cuál es el juguete de moda, porque hay cosas que tienen poca venta, entonces tenemos que pensar en algo nuevo. Ahora, por ejemplo, estamos atentos al nuevo Minions que va a salir”.
Al respecto, un informe de Unicef fechado en abril de 2019 advierte sobre la importancia de regular estas cuestiones para preservar el derecho de los niños a una buena alimentación.
“La colocación de personajes, los elementos de branding (como el logo), los diseños decorativos y la aparición de deportistas famosos en los empaques influyen en la percepción del sabor y en las referencias de los niños. Un estudio mostró que niños de entre 4 y 6 años diferenciaban alimentos idénticos en virtud de su envase y declaraban consistentemente preferir el sabor de aquel que incluía un personaje famoso”, reza el artículo.
En ese sentido se pronuncia la nutricionista Ana Laura Marino, quien asegura que todas estas estrategias de marketing en los alimentos ultraprocesados “juegan un rol preponderante en la construcción del entorno obesogénico, ya que está extensamente probado que la exposición a esas publicidades aumenta los niveles de ingesta de los niños y las niñas, e influye en sus decisiones de compra y en las de sus familias; y por último, condiciona sus hábitos alimenticios”.
Todo cambia
Atento a las críticas y a las regulaciones que se fueron introduciendo con los años para controlar los alimentos que se llevan los niños a la boca, McDonald’s llevó adelante una serie de cambios en el menú, aunque siempre se mantuvo el juguete.
La Cajita Feliz de la casa de comida rápida ahora tiene más frutas y verduras, menos grasas, sodio y azúcares añadidos, según indica la empresa. Con estos cambios, todas las combinaciones de Cajita Feliz que se ofrezcan en el país “tendrán una mejor oferta nutricional con menos de 600 calorías y 20 por ciento menos de grasas totales, 14 por ciento menos de grasas saturadas, 20 por ciento menos de sodio y 78 por ciento menos de azúcares añadidos” que sus predecesoras.
Al respecto, Marcela Artstein, psicoterapeuta cognitiva que trabaja sobre el tema del sobrepeso y la obesidad, señala como un avance este tipo de ajustes.
“Creo que llenamos de emociones el producto. Yo veo como positivo que el niño pueda asociar productos como un puré de manzana o tomates cherry para que tenga amplitud al momento de elegir”, añade.
Un cambio a nivel mundial. La Cajita Feliz consolidó un nuevo paradigma de consumo gastronómico con los más chicos como público objetivo (Pedro Castillo).
Los fanáticos de las cervezas artesanales son bebedores exigentes e inconformistas: siempre están buscando cosas nuevas que los sorprendan y emocionen. Nunca se quedan con una cerveza sino que son nómades del lúpulo, de la fragancia, del sabor. Fabricar cerveza artesanal es una labor compleja porque hay que estar siempre innovando para esa pequeña pero intensa fracción de consumidores.
Cuando Marcelo Roggio empezó con su proyecto en Peñón del Águila, pensó su propuesta también como consumidor de cerveza artesanal, por eso ya intuía que iba a tener que buscar y trabajar mucho para hacerse un lugar entre las preferencias del público. Cuando arrancaron con el proyecto el mercado estaba aún verde, porque la gente recién empezaba a descubrir el mundo de las cervezas artesanales.
Por eso comenzaron con las cervezas clásicas alemanas: entre la tradición centroeuropea de La Cumbrecita, el lugar en el que estaban, y un público aún no habituado a la potencia y diversidad de la cerveza artesanal, definieron hacer cervezas de buena tomabilidad.
Pero en el ADN de Peñón ya estaba cristalizada la innovación y la experimentación. Al poco tiempo ya tenían una variedad importante de estilos diferentes y las pruebas fueron agregando opciones. En un viaje, Marcelo probó una cerveza italiana hecha con jugo de uva y quedó fascinado por las posibilidades creativas que esa combinación ofrecía. Además en Argentina no es común y el estilo italiano hunde sus raíces en la familia, de manera que hacer ese tipo de cerveza quedó como materia pendiente.
Poco después probó los vinos de la bodega Terra Camiare y se iluminó el camino: es un vino hecho en Córdoba, con uva americana profundamente instalada en el gusto de los inmigrantes, con un aroma e intensidad que hablan el lenguaje de la tierra y de las siestas, el perfume a hierbas de campo y parrales urbanos que permitía soñar con una bebida que combinara esa uva con la efervescencia de la cerveza. Y así nació el proyecto de hacer una cerveza con jugo de uva Isabella, uniendo Peñón del Águila con Terra Camiare.
Artesanía italiana elaborada en Córdoba
La Italian Grape Ale es un tipo de cerveza típica de Italia, en donde la biodiversidad se conjuga con una fuerte tradición artesanal y creatividad histórica. El resultado depende del tipo de uva que se utilice y los matices que le quiera acentuar el maestro cervecero.
En el caso de la cerveza de Peñón del Águila la composición parte de la uva Isabella, que se prensa artesanalmente para extraer el jugo; luego se le incorpora un mosto de cerveza de una receta específica que desarrollaron artesanalmente para que tenga soporte suficiente. Tras eso, se le agrega un blend de levaduras belgas para que aporten complejidad y quede más seca. Esta cerveza necesita un proceso de elaboración más largo en el que tiene que madurar.
“Fue todo muy rápido –dice Marcelo– porque empezamos en marzo de este año a pesar de que hace años quería hacerlo. Se conjugó el tema de haber encontrado una buena uva con un sabor particular. Fue inspirador encontrar esta uva porque además de lo que aporta en sabor y aroma, está en Córdoba”.
El resultado es una cerveza muy compleja, con mucha intensidad, en donde la uva se expresa muy vivamente. Hay aromas frutados y levemente especiados jugando con la efervescencia de las levaduras.
Es interesante el sabor porque el lúpulo no juega un rol muy importante, sino que aparece como un fondo de amargor que balancea. Como tiene chips de roble francés de primer uso hay un delicado aroma a vainilla y a coco muy suave.
Tiene una potencia alcohólica importante de 10 grados, y es una buena cerveza para guardar un par de años porque los sabores conjugados van a ir evolucionando en el envase. La presentación es en barriles para ser tirada o en latas. “Nos gustó el diseño de la lata que para nosotros es el mejor envase para la cerveza”.
Envasar el patio de la abuela
La uva Isabella tiene toda una tradición en Colonia Caroya. “Es un poco como la uva maldita”, dice Gabriel Campana, enólogo de Terra Camiare. “Nadie la quiere y por eso nos gusta. Nos recuerda al parral de la abuela, al olor de final del verano con las uvas en el piso y los aromas familiares. Por eso hay un toque emocional en esta uva, más allá de su sabor especial que la hacen única”. La conjunción entre dos productos cordobeses hacen de esta cerveza un lanzamiento especial.
Como estas cervezas son de partida limitada y apuntando al nicho del mercado muy particular, Marcelo afianza la idea de hacer todos los años un lote que siempre va a tener distintos perfiles, siempre con uva Isabella para que se pueda apreciar la diferencia de la cosecha de cada año.
“Hay muchas uvas para hacer acá en Córdoba, hay Malbec muy buenos, el Tannat se está dando muy bien, el Chardonnay puede dar una cerveza delicada, floral, menos alcohólica. Vamos a seguir experimentando esta conjunción”.
Si el mundo de la cerveza ya es muy amplio de por sí, al pensar en la conjunción con el mundo del vino se abren las posibilidades de producir cosas nuevas de manera infinita para bebedores inquietos.