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Por qué los vinos de Vallisto son los más originales de Los Valles Calchaquíes

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Los Valles Calchaquíes es una de las zonas privilegiadas en Argentina para el desarrollo de viñedos. Entre la tradición y la modernidad, la pequeña escala es la que predomina en esta zona y es lo que permite trabajar a nivel artesanal definiendo la conexión con la naturaleza.

Mientras habla de sus amados Valles Calchaquíes, Francisco "Pancho" Lavaque, cuarta generación de los pioneros del vino en Salta y que además lleva adelante su proyecto Vallisto, repite la palabra "interpretar".

¿Qué significa "interpretar" en el entramado de hacer vinos? Pancho se acomoda, toma un trago de vino blanco, piensa y dice: "Interpretar significa no tomar ninguna receta como cierta o asumir que las cosas tienen que ser así sólo porque alguien las hace o porque desde hace años se hace de esa manera".

Esto es especialmente significativo en relación con el vino salteño, que tradicionalmente tiene mucha materia colorante, es pesado, de fruta sobremadura que da vinos con carácter, intensos, debido sobre todo al calor y al sol tormentoso de los Valles. Pero, dice Lavaque, eso no se debe tanto al clima como a la forma en que se hacen los vinos: si se deja madurar la fruta, habrá mucha intensidad y pesadez. "No es que el lugar hable de eso, sino que depende de la forma en que se hace el vino".

Y como Lavaque quería otra cosa empezó a probar otras maneras de hacer el vino. Primero por intuición, cosechando temprano como en Europa. Y empezó a hacer vinos más frescos eligiendo el lugar y la variedad indicada y la cosecha en el momento oportuno. A medida que iba plantando viñas, primero Malbec y después Barbera, sintió que el lugar le empezó a mostrar cosas, a revelarle secretos de la naturaleza. Recorriendo la zona, empezó a entender mejor los suelos, las orientaciones, el poder de los sustratos, del viento y del agua. “Lo que me define como hacedor de vino es el nivel de conexión con la naturaleza", dice con orgullo salteño.

En esos recorridos encontró vasijas, piedras y terrazas indígenas, rastros de culturas milenarias de la zona que le dieron el impulso para utilizar esa sabiduría y aprovecharla como belleza visual. Y empezó a plantar uva criolla, algo no muy común pero que le está dando impensadas satisfacciones. "Todo proviene de las ansias de descubrir, de buscar, y encontré no sólo un espacio especial sino también un lugar que hay que cuidar y proteger". Después de casualidad encontraron un manchón de suelo calcáreo, en el que plantaron Cabernet Franc, porque el suelo le fue revelando sutilezas de una riqueza increíble para esa cepa.

Conectar con la gente

Pero no sólo de la naturaleza depende el vino. El otro aspecto fundamental para conectar con el lugar es conocer a la gente que lo habita. Y el anecdotario que tiene "Pancho" serviría para llenar un par de gruesos libros. Por un comentario fue a la quebrada de Hualfín, y encontró en un pequeño pueblito aislado un viñedo con hectárea y media de uva criolla.

Y quien lo habita es un catamarqueño que le cuenta que a esos viñedos los trajo el abuelo de su abuelo en 1898 con estacas traídas por un jesuita de Murcia, España. Y a pesar del subsidio que se dio hace unos años para injertarla con Malbec, el "Pájaro" Suárez, tataranieto de los que lo plantaron, por cabeza dura se empecinó en mantenerlo tal como lo dejaron sus ancestros.

Gracias a eso se preservó la historia, porque muchos viñedos antiguos se han ido perdiendo para siempre por descuido. Por eso, Pancho Lavaque rastrea la zona buscando conectar con la gente, las cosas y la historia, vivir e interpretar todo eso. También en el otro extremo de los Valles, en Payogasta, hace unos años encontró una hileras de Sauvignon Blanc e hizo un vino increíble que aún no está a la venta porque está descansando en barrica para encontrar el punto justo.

Por la naturaleza

En la Bodega Vallisto destacan el tema de la sensibilidad, que es una mezcla de sabiduría y emociones por la naturaleza, porque hay que saber cuándo cosechar, cómo tratar la uva, las prácticas que se pueden llevar a cabo. "No soy especialista en biodinámica, pero tengo suficiente sensibilidad como para tratar bien a la naturaleza y saber qué hace bien y qué mal. Y quiero aprender y mejorar, sobre la poda, sobre la orientación, cómo regar. A un paisano al que las viñas se le estaban perdiendo le sugerí hacer surcos para vigorizar. Pero el paisano me dijo que no iba a regar con la luna vieja. Aprendí a respetar los ciclos de la luna. Y eso se refleja en los vinos que terminan teniendo identidad, porque vienen de lugares especiales".

Esa interpretación pasa no sólo por la naturaleza sino también por lo que pasa en la bodega: no hacer maceraciones demasiado largas o extractivas, tener cuidado con el uso de la madera, saber si se quiere un vino fresco o frutado.

Viñedos por la radio

Aprender, investigar y encontrarse con la gente del lugar parece un credo extraño, pero en esa búsqueda pasan cosas fabulosas. Cuenta Pancho que como quería hacer más vino de uva criolla para hacer cosas diferentes, se quedó sin uva, por lo que puso un aviso en la radio: "Compro uva criolla" y la gente empezó a llamar. "Había uvas desparramadas por pequeños ranchitos en el medio del monte, parrales en los patios, ¡llamaba gente de todos lados ofreciendo uva!".

Se ríe de la anécdota y recuerda pasar con el camión repartiendo canastos por la mañana y a la tarde encontrarlos llenos con la gente contenta de vender su uva. No sólo fue una vivencia única por el contacto con la gente, sino por la posibilidad de hacer algo diferente. "Salieron vinos increíbles, todos distintos, porque me permití experimentar, en barricas abiertas, algunos con escobajo, otros sin, todo manual y artesanal. Lo han probado algunos especialistas y todos sostienen que son vinos únicos".

Esa práctica artesanal también está presente en otros vinos de su autoría, como el Viejas Blancas, que es un homenaje a las viejas viñas de uva blanca que encontró abandonadas en el centro de la ciudad de Cafayate. Una rara combinación de Pinot Blanco y Riesling, que reinterpreta de manera creativa los Valles Calchaquíes. "Con Matías Michelini queríamos que el viñedo y la tierra hablen, que se expresen. Recorrimos los viñedos en enero, probamos la uva y él dijo “ya está, hay que cosechar ahora para resguardar lo que dice la tierra en la uva". Hicimos los vinos y como era poco lo mezclamos, decidimos no filtrarlo y cada variedad aportó lo suyo. Es un vino directo, filoso. Al que lo entienda lo va a apreciar”.

Todas las uvas con las que trabaja Pancho Lavaque son de Cafayate, Hualfín, Payogasta. Recorre los Valles Calchaquíes en busca de nuevas cosas, entusiasmado por aprender y experimentar. "Encontrar suelos que gracias a lo que pasó hace dos millones de años nos permite hacer vinos más ricos". Recorriendo la zona encuentra mucha historia, mucha riqueza y diversidad. Ahora está fascinado con el Tannat, una uva que si se pasa es muy dulce, pero cosechada a tiempo y con fermentación corta es una maravilla. Una señal más de todo el potencial que hay para desarrollar.

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Peligra la continuidad de Rancho Grande, clásico restaurante cordobés

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La crisis económica amenaza la continuidad de otro restaurante histórico de la gastronomía cordobesa. Rancho Grande, un local de larga trayectoria ubicado en Rafael Núlñez 4142, está atravesando un mes determinante para su continuidad o el cierre definitivo de sus puertas. 

A fin de octubre vence el contrato de la administración actual. La idea es que a mediados de mes, entonces, se reúnan con los propietarios del inmueble para analizar la situación. 

Un local comercial de esas dimensiones y sobre esa arteria tiene un alto alquiler, a lo que se prevé encima un aumento importante en esta renegociación. 

A este cóctel se le suma que en los últimos años la rentabilidad sufrió una fuerte caída. 

La idea de los administradores sería continuar con el negocio, aunque necesitan un inversor que los ayude financieramente.

Como se trata de un restaurante tradicional que abrió sus puertas en 1960, hubo en principio muchos clientes que se mostraron dolidos por la situación y que estarían interesados en invertir en el negocio para que no llegue a su fin.  

Las reuniones están agendadas, pero habrá que ver si llegan a buen puerto. 

Un formato de otra época

Rancho Grande inauguró el 24 de noviembre de 1960 y siempre estuvo en el mismo lugar, aunque el edificio fue reconstruido en varias ocasiones por incendios. El primero, por un accidente en 1965. Y el segundo, por un atentado en 1976.

Tiene la particularidad de restaurantes de otra época: en su carta ofrecen una gran cantidad de tipos de platos, que van desde las carnes hasta pastas, pescados o paellas. 

Eso se traduce en un gran costo de mercadería “durmiendo”, es decir, que debe estar disponible esperando el momento de ser despachada.  

Igualmente, su calidad siempre se mantuvo y es bien valorado. En 2018 ganó como restaurante tradicional del año (en una encuesta abierta organizada por Circuito Gastronómico) y este año ganó como Mejor milanesa de Córdoba, en un premio otorgado por el jurado en la Semana de la Milanesa.

Habrá que esperar en los próximos días para saber cómo se define esta historia.

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Ricas y económicas: 11 lugares para comer picadas árabes en Córdoba

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La cocina árabe está muy presente en la Argentina, por la gran cantidad de inmigrantes de variadas naciones de Medio Oriente que llegaron a nuestro país, por diferentes motivos y en distintas épocas.

Como no podía ser de otro modo, muchos de ellos emprendieron en gastronomía, para ganarse la vida mostrando sus recetas familiares. Y, entre ellas, las picadas siempre van en punta a la hora de las preferencias de los comensales locales, porque son ricas, variadas y económicas.

Se componen de una parte fría y otra caliente. En la parte fría se trabaja generalmente con garbanzos, yogur, berenjenas, tomates, trigo, menta, aceite de oliva, limón, cebolla cruda, cebolla de verdeo, hojas de parra, arroz y perejil, entre otros ingredientes. 

En la parte caliente, juegan mucho las carnes especiadas y el trigo. Y siempre acompañan la picada una buena dosis de pan pita y hasta empanadas (abiertas y cerradas). 

Los precios

Hay que decir que las picadas árabes siempre fueron y siguen siendo muy económicas. Se come muy bien a bajo precio y, donde dice “picada para dos”, generalmente puede leerse como “picada para tres”, porque son muy abundantes. En el recorrido que proponemos en este informe hay picadas para dos ¡a $ 450!

Por último, por más que las nacionalidades sean diversas (sirias, egipcias, armenias, libanesas), muchos platos se repiten, aunque con nombres diferentes (también cambian los condimentos de cada uno).

Va el recorrido, sugerencias para picar en la ciudad y el interior de Córdoba, en orden alfabético:

Al Malek. Lima 865, General Paz. El chef propietario, Tony Raphael, es oriundo del Líbano. La picada de la casa se compone de humos (puré de garbanzos), batersh (puré de berenjenas), labne (queso de yogur), ensalada tabule (trigo, tomate y perejil), dos empanadas, kippe al horno y niños envueltos de parra. El salón es amplio, bien iluminado y cuenta con galería para las noches de calor. El precio es de $ 540 para dos. Teléfono (0351) 425-6363.

Al Sahara. Mariano Fragueiro 1726, Alta Córdoba. El chef Adnan Bkaura es de origen sirio, de la ciudad de Damasco. Su picada es de las más económicas y completas de este recorrido. Incluye puré de garbanzo, berenjena, tabule, arroz con lentejas, cuajada, quepe al horno, falafel, niños envueltos. Cuesta $ 450 para dos personas. “Es barata porque yo hago todo el trabajo”, explica Adnan. Teléfono (0351) 471-4017 y 471-5284.

Baba Ganoush. Recta Martinolli 8164. Este es un restaurante con dueños egipcios. La picada para dos trae tres entradas frías (hummus de garbanzo, baba ganoush de berenjena, ensalada tabule), dos empandas de cordero o de vaca, dos shawermas (de carne, de pollo o mixto), dos quepes (cocido al horno o frito), más seis niños envueltos y dos panes árabes para acompañar. Cuesta $ 720 para dos. Reservas al (0351) 157-163318.

Emir. Fragueiro y Allende, barrio Cofico. Este es, antes que nada, un clásico de la gastronomía de Córdoba. ¡Abrió sus puertas en el año 1963! Antes estuvo en Nueva Córdoba (frente a Plaza España) y hoy en otro barrio tradicional de la ciudad. Su picada incluye empanadas, quepe crudo, puré de garbanzos, puré de berenjenas, labne sólido, quepe al horno, niños envueltos, tortilla siria, tripa rellena, berenjenas fritas y ¡ensalada de sesos! Cuesta $ 300 por persona. Reservas al (0351) 472-5930.

Espacio San Miguel. Colón 5290, Frente al CPC. Este es un restaurante con diversos espacios (al aire libre y microclima árabe en el interior). La picada para dos tiene influencia siria y cuesta $ 590. Es bien abundante, se compone de ocho platos: puré de garbanzo, de berenjena, tabule, labne. Luego empanadas, niños envueltos y falafel (croquetas de garbanzo). Reservas al teléfono (0351) 484-0000/1926.

Diran. Oncativo 50, Mercado Norte, Centro. Este es un rinconcito de culto en el Mercado. Su chef propietario, sirio de origen armenio, cocina y administra el local junto con su familia. La picada árabe para dos incluye puré de garbanzo y de berenjena, niños envueltos, kebbi cocido o crudo, ensalada tabule, labne y un pan árabe que él mismo cocina todos los días bien temprano. Reservas al (0351) 425-0019.

Haouni. Rodríguez de Busto 4086. La picada para dos en este restó del Dino Mall es de origen sirio y ofrece cuatro platos fríos: hummus (puré de garbanzos), moutabal (puré de berenjenas), tabule (ensalada), labne (yogur árabe). Tres platos calientes: mahsri parra (niños envueltos en hojas de parra), kibbe cocido (kibbe al horno), sfijas (empanadas árabes). Precio: $ 595. Teléfono (0351) 481-7296.

La Zete. Corrientes y Obispo Salguero, Centro. La picada para dos, en este local abierto desde 1992, para comer en el local cuesta $ 800. Trae cuatro empanadas árabes, quepe crudo, quepe cocido, quepe frito, niños envueltos, puré de garbanzo, puré de berenjena, berenjena frita, tabule, labne, falafel y pan árabe. La influencia es siria, de Homs. Teléfono (0351) 421-6352.

Pather. Catamarca 745, Villa General Belgrano. Esta familia de origen armenio propone en Calamuchita una gran cocina. Su picada para dos se compone de puré de garbanzo, puré de berenjenas, ensalada tabule, qupe cocido, niños envueltos en parra y tzciki (labne condimentado con pepino rallado, ajo, menta y oliva). Sale además con pan pita. Cuesta $ 540 para dos personas. Teléfono (03546) 46-5117 y 154-58870.

 

Qara. Paraná 206, Centro. En este pequeño restaurante sirio (Qara es el nombre de una ciudad), la picada es diente libre y cuesta $ 350 por persona. Incluye empanadas árabes, quepe crudo, quepe asado, niños envueltos, pan árabe, puré de garbanzo, puré de berenjena, labne, niños envueltos, aceitunas negras, y un postre: baklava. Reservas al (0351) 421-1679.

Sofra. Rafael Núñez 3961, Cerro de las Rosas. Aquí la picada incluye dos empanadas, labne, hummus, niños envueltos en parra, quepe cocido, tabule y moutabal (puré de berenjenas). Cuesta $ 700 para dos. Reservas al (0351) 482-2342.

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Niños envueltos de Al Sahara.
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Niños envueltos en Sofra.
Espacio San Miguel.
Puré de garbanzos en Al Malek.
Labne en Emir.
Niños envueltos de Al Sahara.
Empanadas en Baba Ganoush.
Picada árabe en Diran.
Ensalada tabule en Haouni.
Picada árabe de La Zete.
Baklava de Qara.
Niños envueltos en Sofra.

Un espumante cordobés en la ciudad de la cerveza: Sineres

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Un grupo de turistas ataviados en trajes alemanes pasean por la calle; en el centro de la ciudad acaba de espicharse un gran tonel de cerveza; los carros de comida ofrecen cervezas de varios tipos diferentes. En la ciudad más cervecera del país, apenas se entra a Villa General Belgrano, hay un lugar en el que los sueños, las emociones y el empecinamiento por lo distinto llevaron a una pareja de recién casados a hacer champán.

“Están locos”, les decían los amigos y parientes cuando Agustín Sommavilla y Andrea Fissore decidieron empezar a fabricar champán en Villa General Belgrano, después de instalarse en una finca en medio del campo en las sierras de Calamuchita.

Agustín es ingeniero agrónomo y Andrea diseñadora de indumentaria, pero el gran sueño era instalarse en la finca en la que plantaron vides con el objetivo de hacer algo diferente. “Queremos hacer algo distinto, tener un margen de autenticidad, algo que sea de acá”. En la entrada de la ciudad tenían un terreno con una antigua construcción desvencijada, que refaccionaron para convertirla en una champañera. “Al principio queríamos poner una escuela de inglés –recuerda Andrea–, pero la apuesta fue dedicarse al espumante”. Las instalaciones están impecables, a pesar de que estuvieron llenando botellas hasta apenas el día anterior bajo la dirección de Emiliano Guzmán, el enólogo mendocino que dirige el proyecto.

Elaborar espumante (que es el nombre correcto para llamar a lo que se llamaba “champán”) es un trabajo artesanal, difícil, delicado y complejo porque lleva el doble de trabajo que el vino. “¡Más de doble trabajo!”, dice Andrea y cuenta que a ella ahora le toca la tarea durante un mes de dar vuelta todos los días una por una a las botellas que acaban de envasar.

Es que el espumante hecho con el método Champenoise lleva una elaboración que parte desde una cosecha más temprana para lograr mayor acidez de la uva y hacer un vino base apropiado. A este vino base se le agregan después azúcar y levaduras, para provocar una segunda fermentación, y se embotella con un tapón provisional.

Las botellas descansan entre seis meses y un año, proceso durante el cual se genera el gas carbónico que es el que produce las burbujas. Las levaduras van muriendo, por lo que se forma una borra que hay que sacar mediante un complicado proceso que consiste en dejar las botellas en unos tableros y todos los días darlas vuelta muy suavemente hasta que después de un mes la borra se ha depositado en el tapón.

Y ahí viene otra parte difícil y complicada: se congela el pico de la botella, se extrae el tapón con la borra depositada y se agrega un licor de expedición, que es básicamente una solución de azúcar y alcohol para darle el toque final. En ese momento se le coloca el tapón definitivo con la camisa de alambre para que no salte por la presión de las burbujas.

Burbujas que no son cerveza

Hay que estar muy decidido para pasar por tantas complicaciones. Agustín y Andrea lo estuvieron desde el principio porque su visión va más allá de hacer un buen producto. “El espumante es fascinante, tiene vida propia. Queremos que esto sea un lugar de aprendizaje, que la gente participe en fabricar su propio espumante, que lo envase y se lleve la botella”. En este proyecto participa toda la familia, desde los sobrinos hasta los abuelos, todos formaron parte del equipo de envasado del espumante, para lograr “el mejor champán de Calamuchita” como dijo jocosamente una tía sabiendo que es el único.

La decisión de hacer espumante viene un poco de una visión comercial, porque es algo que en las bodegas de Córdoba falta, sostiene Agustín. Además, el enólogo Emiliano Guzmán considera que algunas zonas de las sierras son especiales para hacer espumante. Así que plantaron cuatro hectáreas de uva Chardonnay y Pinot Noir para el vino base y armaron una estructura que se ha duplicado desde el año pasado y piensan ampliar. El proyecto complementa la promoción turística de la zona, por eso creen que estos pequeños emprendimientos van a crecer y ser redituables. “Pero queremos disfrutar, llegar a unas 15 o 20 mil botellas sería lo óptimo para no tener que estar demasiado dependientes de esto”.

De la dificultad al logro

Hacer espumantes es convertir una serie de dificultades en un logro, y la historia de la marca es una muestra de eso. Agustín recuerda que siempre tuvo un gran problema para pronunciar la letra “r”, y todos los compañeros se le reían y entraba en pánico por tener que leer en voz alta o hablar frente al público. No podía pronunciar las “eres” y esa dificultad era una gran vergüenza que aún persiste. A la hora de buscar un nombre para el espumante empezaron a buscar palabras que no tuvieran la letra “r”. Y se dieron cuenta que lo mejor era el nombre “Sineres”. Y así, esa dificultad se convirtió en un potencial que es lo que quieren transmitir.

La apuesta por el espumante es difícil, porque hay que hacer dos maceraciones, ser precisos, trabajar botella por botella, esperar mucho tiempo.

“Pero el margen de autenticidad está” dice la pareja. Y lo hacen en el centro neurálgico de la cerveza. Aún no está listo, pero las botellas que han probado están muy buenas, con burbujas finísimas, sabores cítricos y mucho aroma. Prometen que esta Navidad ya se podrá brindar con el espumante cordobés de Villa General Belgrano.

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El Fogón de Hugo: parrilla "al estilo Jesús María" en Córdoba

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El Fogón de Hugo es un comedor al paso que ofrece comidas por kilo y parrilla, una especialidad doble que viene desarrollando desde hace mucho tiempo en la gastronomía cordobesa. Desde hace dos años está ubicado en una casona de color anaranjado en avenida Monseñor Pablo Cabrera.

Tiene una galería cubierta con techo de chapa que sirve como quincho. El humo sale disparado por la chimenea y si uno toma asiento en la parte exterior de la casa, en el patio, sabe cuándo se está llenando de gente la sala porque el humo copa la esquina como si fuera una escena de la película The Fog .

Estamos en el jardín. Tomamos asiento en una mesa junto a un jazmín paraguayo en flor que perfuma con sus colores varios metros a la redonda. Las noches cálidas invitan a salir, a disfrutar de una cena al aire libre. Y no podemos ir en contra de ese instinto tan argentino de juntarse a comer carnes con amigos o en familia.

Comidas por kilo

Como dijimos, una de las especialidades de la casa es la comida por kilo. Vamos a las baterías y vemos sección fría y sección caliente. De la parte fría seleccionamos dos destacados como entrada: lengua a la vinagreta y escabeche de pollo ($ 100). Bien aromáticos, frescos, tradicionales. Con pan funcionan mucho mejor, para encontrar equilibrio en la acidez.

Luego el mozo ofrece las dos opciones de parrilla: completa de 12 cortes a $ 540 y simple de cinco a $ 390. Es mitad de semana y la vida continúa, por lo que vamos a optar por la segunda opción. Entre los vinos de la casa elegimos un Benjamín Nieto malbec ($ 220), siempre cumplidor. La parrilla incluye una empanada frita como entrada y una guarnición, que puede ser papas con huevo o alguna ensalada. Todo está bien encaminado en esta noche de primavera en la ciudad.

Estilo Jesús María

La parrilla simple incluye esta noche tres cortes de carne y dos embutidos. Bife de chorizo, carré de cerdo, costilla de vaca, chorizo y morcilla. En los papeles no dice mucho, pero cuando empieza el recorrido nos damos cuenta de que aquí hay un estilo definido.

El estilo de Jesús María se diferencia, entre otras cosas, por asar las carnes en el mismo momento en que el comensal llega al restaurante. Nada de marcar y terminar después. Todo sale recién hecho, brillante, en su punto gracias a un estricto control del fuego a toda marcha.

Otra de las características es la de llevar a la mesa los cortes paso a paso. Cada corte se disfruta, casi como una ceremonia, en su mejor momento de expresión, con sus jugos a flor de piel. Por eso salirse de ese modelo puede ser algo poco recomendado.

En la primera vuelta llegan juntos el bife de chorizo y el carré de cerdo. Ambos de centímetro y medio de espesor, con los hierros marcados y los jugos que aportan una pátina de sabor en la superficie. Pero cuando terminamos el primer corte, el segundo ya no está en su mejor momento.

En apenas unos minutos cambia la expresión del bocado: se enfría un poco, la carne se contrae, los sabores se pierden. Comer a las apuradas tampoco es lo más recomendado si lo que estamos buscando es una experiencia placentera. Y la palabra “experiencia” es clave para entender el porqué de esta falla. 

El sistema de Jesús María es paso a paso. La mística de la experiencia reside allí. Salirse apenas un poco del libreto desajusta sensaciones. Seguirlo al pie de la letra garantiza respeto, reverencia y admiración por parte del comensal.

Segunda parte

La segunda parte de la cena se completó con un buen corte de costilla de ternera (dos centímetros de espesor, vuelta y vuelta, bien dorada y a punto) más porciones de chorizo y morcilla. Otra vez, más de un corte en el mismo viaje.

La calidad de la materia prima es tan buena y el asador tan experimentado que a fin de cuentas las cosas terminan saliendo bien. Los embutidos, como en las mejores parrillas de Jesús María, son de elaboración artesanal, suaves, delicados y untuosos, muy diferentes de los que se encuentran por ahí.

Eso es un punto a favor en el servicio, porque muchas veces en parrillas de perfil bajo los embutidos suelen ser de menor calidad. Por suerte no es el caso y la calidad de la materia prima no se discute. 

El baño

En el sanitario, vemos que faltan toallas descartables en el dispenser, un detalle apor corregir (no vale la pena). Luego volvemos a la mesa y ya está nuestro budín de pan.

Es una porción generosa, para compartir. Llega con dulce de leche. Muestra textura suave pero compacta, con una densidad justa para que se disuelva cuando la lengua lo presiona contra el paladar. 

Sin dudas hay mucha experiencia detrás de este proyecto. El Fogón de Hugo es un austero pero lindo comedor de barrio, con diversas opciones para el almuerzo o la cena y con la parrilla como estrella del servicio. Sólo le queda entender por completo por qué es tan maravilloso el estilo que pregona.

Así, con orgullo, podría promocionarse ante los vecinos del barrio (o por los ocasionales al paso) como el verdadero consulado oficial de Jesús María en la zona. Una porción de la tierra prometida de las parrillas, en el mismísimo barrio Marqués de Sobremonte, de Córdoba capital.

El Fogón de Hugo

Calificación: bueno.

Monseñor Pablo Cabrera y Alonso de la Cámara (Marqués de Sobremonte).

Teléfono: (0351) 476-4425.

Abierto todos los días, mediodía y noche. Domingos y lunes a la noche, cerrado.

Efectivo (posnet sin funcionamiento).

El Fogón de Hugo.

Dos noches de música y comidas francesas en Córdoba

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Bistró del Poeta, el restaurante del hotel Holiday Inn Córdoba (Cordillera y Cardeñosa), concluye este fin de semana el ciclo “Viví Francia 2019”, con un menú de cuatro pasos y un show de música en vivo a cargo del grupo La Bohéme. Será los días viernes 11 y sábado 12 de octubre a partir de las 21.30. Amuse bouche: petite baguette de brioche, relleno de salmón ahumado, fondue de queso morbier y tomates secos artesanal. Entrada: pâté de codorniz sobre blinis de calabaza y cacao con coulis de higos negros. Principal: bondiola de cerdo, crocante duxelle, salsa bordalesa acompañado con puré de batatas y pistachos. Postre: tarta tatin con helado Mont Blanc. El precio es de $ 990 por persona e incluye una bebida sin alcohol. Reservas al (0351) 477-9181.

Noches colombianas en El Patio de los Naranjos

El Patio de los Naranjos (Pringles 76, barrio General Paz) propone este viernes 11 y sábado 12 de octubre dos noches de cocina colombiana en la que cocinará para la ocasión la periodista  Yeny Ortega Benavides (Cadena 3). El menú incluye entrantes como patacón montado con guacamole y langostino en crema de curri, papines andinos con salsa de maní y empanada colombiana, rellena de carne y papa. Principales: sopa de pescado, papa, yuca, plátano verde, choclo, cebolla, perejil picado y un toque de leche de coco. Arepa ropa vieja, de vacío desmechado con guacamole y queso. Postres: borrachito de coco helado de canela y café de Colombia. $ 890 por persona con vinos Animal de bodega Ernesto Catena. Reservas al (0351) 453-5252.

Luego de los incendios, El Bosque retoma funciones

La Confitería El Bosque (Camino de los Artesanos, Villa Giardino), reconocida como una de las mejores casas de té de la provincia, está volviendo a la normalidad luego de los incendios producidos semanas anteriores en los alrededores de su establecimiento. Y para este fin de semana largo, recomienda algunas preparaciones: tarta de frutos rojos, torta Oro Negro y torta de mousse de maracuyá. También sándwich en pan integral con leberwurst y pepinillos agridulces, sándwich de mix de hojas verdes, queso brie, champiñones a la provenzal y aceitunas negras, y sándwich tibio de tomate, queso, huevo frito, panceta ahumada y ajíes amarillos. Más info al (03548) 49-1663.

 

Pejerrey a la cerveza en la Oktoberfest

El restaurante San Cayetano (Ruta 5 camino a Villa General Belgrano, a 600 metros luego del paredón del dique Los Molinos) propone a precio promocional este fin de semana largo, en el marco de la Oktoberfest, dos de sus mejores platos, elaborados con cerveza artesanal de Villa General Belgrano. Filet de pejerrey a la cerveza ($ 290) y ranas a la cerveza ($ 600). Como postre, sugiere profiteroles ($ 130). Reservas al (03547) 45-6510.

Paola Bernal, el sábado en Santo Diablo

Santo Diablo, el resto bar de cocina criolla de Carlos Paz (Maradona 165), propone para este sábado 12 de octubre una noche de folklore junto la artista Paola Bernal. Su especialidad son las empanadas criollas, el locro y el picante de panza. Reservas al (0351) 153-843215.

Cena maridaje en el hotel de la Cañada

El miércoles 16 de octubre, a partir de las 21, el Restaurante Hotel de la Cañada (Marcelo T de Alvear 580) organiza una nueva edición de Cena y Degustación de Vinos. La noche estará acompañada por vinos de Bodega Santa Julia. Incluye menú en cinco tiempos con platos especialmente recomendados por el chef Guillermo Blanc Triulzi. Risotto de quinoa con mejillones en fondo de vegetales. Tallarines en masa de hongos de pino con pesto de tomates secos. Chuleta de cerdo con guarnición de hinojo y manzana al caramelo de naranja. Mouselline de pistachos y frutas secas sobre biscuit con almendras y crocante de chocolate. $ 850 por persona. Reservas al (0351) 420-8000 y 420-8050.

 

Patio de los Naranjos.
Se vienen dos noches de glamour francés en Bistró del Poeta.
Patio de los Naranjos.
El Bosque, en Villa Giardino.

Llega la tercera edición Peñón Fest, el festival dentro de la propia fábrica de cerveza

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El sábado 19 de octubre llega una nueva edición del festival de la cervecería Peñón del Águila, en su propia fábrica de Malagueño, a pocos kilómetros de Córdoba Capital. 

La idea de los organizadores es asociar “Peñón Fest edición Oktobier” en el marco de la fiesta mundialmente reconocida como Oktoberfest.

La tercera edición ofrecerá cerveza artesanal con canillas de los más de 18 estilos disponibles de Peñón del Águila, “algunos extravagantes y exclusivos como la Cacao IPA o la Waldbier, y otros más tradicionales como la Hefeweizen y la Oktoberfest”. 

De 16 a 18,  se podrá disfrutar de 2x1 en pintas.

Habrá también distintas propuestas gastronómicas saladas y dulces con la participación de marcas como Black Pan (hamburguesería), Lumbre Cocina Criolla (comida criolla con variaciones de sándwiches, sorrentinos y más) y Junior B. (lomitos), entre otros. 

En la propuesta artística prevista para completar el combo festivo, se anuncia la música de Coty Piozzi, Cuatro al Hilo, Ficción y Planeador V (tributo a Soda Stereo), y los djs Martín Huergo y  Rodri Gamba.

En Peñón Fest también se puede recorrer las instalaciones de la planta ubicada en la avenida Italia 900, y conocer puertas adentro los secretos de la cervecería cordobesa: desde la selección de los granos de cebada hasta la culminación del proceso de cocción.

Peñón Fest contará con un programa de conductor asignado (la recomendación en estos casos es no manejar si se bebe), puestos sanitarios, servicio de emergencias y seguridad policial.

Las entradas, a partir de $ 400, están a la venta en la plataforma online alpogo.com. La dirección de la Fábrica Peñón del Águila es Av. Italia 900, Malagueño, Córdoba.

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10 vinos recomendados para regalar o para compartir con mamá en su día

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El domingo se celebra el Día de la Madre, y un buen vino puede ser un gran regalo o el complemento para una deliciosa comida familiar. Aquí elegimos algunas opciones para festejar.

1. Antonio Mas, Núcleo, Cabernet Sauvignon 2013

Un nombre mítico en la vitivinicultura argentina, el señor Antonio Mas es un artista experto en materia de vinos. Además de su prodigiosa carrera acompañando desde la década de 1960 el desarrollo de los vinos argentinos, desde hace unos años desarrolla su propio proyecto y brinda fastuosos ejemplares de vinos de belleza ejemplar. Este Cabernet Sauvignon es vibrante y concentrado, especial para un buen almuerzo con carnes rojas en el que brinda una generosa voluptuosidad.

Precio sugerido: $ 760

2. Potrero Chardonnay 2018

Un vino blanco hecho por una mujer que gusta del fútbol y ama la idea del potrero como estímulo de virtudes que potencien talentos. Chardonnay impecable, herbáceo, superuntuoso que lo hacen casi masticable. Tiene una entrada a pera y pomelo, y deja en la boca un finísimo toque a almizcle. El color es de una claridad meridiana y los aromas remiten al follaje húmedo. Muy delicado y especial para un plato de pescado.

Precio sugerido: $ 390

3. Matías Riccitelli, Pinot Gris 2019

Es imprescindible acercarse a las novedades para comprender al vino. El Pinot gris es una variedad que, de a poco, está creciendo en Argentina. Matías Riccitelli hace una maravilla con esta cepa: limones y naranjas mezcladas con trazos de flores. Es de una acidez intensa, típica de la cepa, solvente para improvisar en la picada previa con nueces y pasas de uva, o acompañar pescados o una pechugas con verduras tibias.

Precio sugerido: $ 515

4. La Posta Paulucci, Malbec 2017

La serie que Laura Catena ideó homenajeando a los más antiguos productores que proveen de uva a la bodega es toda una demostración de maternidad bien concebida. El viñedo de don Angel Paulucci lleva decenios abasteciendo a los Catena y el homenaje de poner su nombre en la botella es enternecedor. En este vino se arremolinan sabores frutales suaves, mansos y delicados que se adhieren al paladar formando capas de intensidades variadas. Infalible si va con pastas caseras.

Precio sugerido: $ 650

5. Luigi Bosca, Brut Nature Método tradicional

Para regalar o para aprovechar durante la comida, no es necesario esperar al postre para abrirlo. Es untuoso y de una plenitud aristocrática por la combinación de uvas Pinot Noir y Chardonnay. Elegancia tradicional y vanguardista al mismo tiempo. Tradicional por el respeto al gusto argentino, que prefiere cierta acidez equilibrada; y vanguardista porque ofrece finas burbujas punzantes y enfurecidas que llenan la boca de sabor.

Precio sugerido: $ 770

6. Puro, Dieter Meier, Rosé 2018

Ya desde el color, los vinos rosados se adivinan diferentes a lo que hace unos años se ofrecía. Una muestra de evolución de los rosados es este Rosé del suizo Dieter Meier que juega con los tonos cobrizos que reverberan para ofrecer un vino que sin ningún problema se banca un asado o unas pastas salseadas con gratitud. Cualquier madre agradecerá semejante honor visual y gustativo en una mesa.

Precio sugerido: $ 390

7. Mairena, Sauvignon Blanc Bodega Familia Blanco 2017

Seductor vino de la familia Blanco, que tiene un portafolio amplio y muy interesante. Este Sauvignon Blanc es límpido y ligero, con destellos cítricos mediados por un equilibrio floral que vibra por momentos en la boca. Es muy fresco y delicado, recomendado para tiernas entradas o momentos de sosiego. Si se define por una comida, no elegir la compañía de asperezas ostensibles porque tapan la delicadeza del vino. Unos mariscos quedan perfectos o una merluza con hierbas.

Precio sugerido: $ 400

8. Alchimia Cabernet Franc 2018

La bodega Alchimia ofrece un modelo de negocios único en el país basado en la comercialización de vinos propios y ajenos. Y los vinos propios que hacen son verdaderamente apreciables. El Cabernet Franc es una de las cepas insignia del momento, porque es de ciclo corto, ofrece buena acidez y sabores límpidos y frescos. Este es un buen ejemplar de la cepa, de excelente relación precio-calidad, que convida matices balsámicos en una buena expresión en la que afloran las características propias de la uva con ciertos arrebatos de sabores vivaces.

Precio sugerido: $ 260

9. Hom, Brut Nature, Bodega RFM, Mendoza 2018

De color cobrizo con destellos dorados, como piel de cebolla, es un espumante sutilmente dulce. Norberto Richardi se dedica desde hace años a afinar la sabiduría del espumante. De burbujas persistentes y palpitantes, acompaña con su dulzura y sus arrebatos secos un buen postre que no sea demasiado meloso. La esmerada dedicación en su elaboración a los espumantes de Hom en la estirpe de los mejores espumantes del país, porque brindan satisfacción pura y a buen precio.

Precio sugerido: $ 295

10. Alzamora Malbec Reserva, Bodega Casa Montes, 2015

Los vinos de San Juan se han puesto a la altura de sus vecinos mendocinos y no tienen nada que envidiarles. Claro que la tierra y el sol ofrecen vinos más punzantes, plenos de cierta refinada rusticidad que los hace aptos para las comidas jugosas y suntuosas. Este Malbec posee un color rojo oscuro impecable y en el sabor ofrece taninos muy persistentes y finos que dejan un paladar agradablemente áspero, con un dejo terroso acompañado de frutas negras que ayudan a empujar un buen plato.

Precio sugerido: $ 350

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Fografías: Javier Ferreyra
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Un restaurante cordobés sumó el "Tom y Jerry Steak" inspirado en el chuletón del dibujito

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El próximo viernes 22 de noviembre, Leandro “Lele” Cristóbal, el reconocido chef y propietario del restaurante Café San Juan, será el invitado especial para celebrar el primer aniversario del restaurante Estilo Argentino de Villa Carlos Paz (Uruguay 127). El chef presentará en esta oportunidad platos de comidas callejeras de distintas partes del mundo, para recorrer todos los continentes y descubrir nuevos sabores reinterpretados a su manera y con su estilo (todo cocinado a la leña y a la vista de los comenales). Anticipadas $1700 (incluye todas las bebidas) al (03541) 152-38119.

Presentaron el “Tom and Jerry steak”

El restaurante Nórdico (José Echenique 2035, Cerro de las Rosas) acaba de presentar un nuevo plato, que hace referencia al chuletón del clásico dibujo animados Tom y Jerry. Se trata de un “Tom and Jerry steak“, 1.9 kilogramos de carne alrededor del fémur: peceto, cuadril, nalga, bola de lomo y jamón cuadrado asado. Viene acompañado con guarnición de arroz frito, ensalada y papas. El precio es de $ 1900 y rinde para tres comensales. Está disponible sólo los días jueves. Reservas al (0351) 156-524043.

Conferencia gastronómica en el Sheraton

Rodrigo Prenna, profesional que lleva 35 años vinculado al rubro gastronómico (restaurante, pub, rotisería y catering), brindará en Córdoba la conferencia “200 tips en Gastronomía” el próximo domingo 10 de noviembre. La cita es a las 14 horas en el Sheraton Córdoba Hotel, y el especialista se explayará sobre temas como manejar los errores, la importancia de diferenciarse de la competencia, características de un cliente tóxico, cómo seleccionar buenos mozos, el ego de la mayoría de los chefs, entre otros temas de inters. Las entradas se consiguen a la venta en eventbrite a $ 2000. 

Pizzería Don Luis se suma a la noche de los museos

Pizzería Don Luis (General Paz 389, Centro) se suma a la noche de los Museos y el viernes 18 de octubre desde las 20 propone una muestra de fotos y objetos pertenecientes a “el Chango” Rodríguez, y una clase de tango (ambas actividades con entrada libre y gratuita). Posteriormente, los maestros pizzeros darán una charla sobre pizza sin TACC. Habrá degustaciones y sorteos. Más info al (0351) 425-8061.

Cena de sentidos de noche de brujas

El sábado 19 de octubre, a las 21.30, Encontrate Laboratorio (Montevideo 611) organiza a compartir una experiencia gastronómica y sensorial diferente con su “Cena de los sentidos” de noche de brujas. La cena consiste en seis propuestas enigmáticas con música en vivo, más un plato principal y postre final. El valor por persona es de $790 (la bebida se cobra aparte). El evento es sólo para mayores y con reserva previa al (0351) 424-6479 o 153-740097.  

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Lelé Cristobal cocinará a la vista y a la leña.
Rodrigo Penna.

Siroco: un restó que se disfruta con todos los sentidos

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Las Sierras Chicas siempre fueron refugio para artistas y bohemios de Córdoba, por eso no es casual que sea un valle turístico con muy buenas experiencias gastronómicas por descubrir. En este caso llegamos a Siroco Resto & Arte, un lugar espléndido para salir un rato de la rutina y pasarla realmente bien.

Su gastronomía es buena, recomendable, pero lo que transforma en maravilloso a este lugar es la energía que transmite. Es una casona de tres niveles en el Camino del Cuadrado. Abajo en el jardín la vegetación primaveral y las esculturas llenan los ojos de colores y sorprenden con volúmenes y formas.

Dentro de la casona los espacios son bien iluminados, con ventanales que muestran el paisaje y dejan pasar la luz para que se luzcan aún más los objetos de la casa, muchos relacionados con las tradiciones ecuestres. También, por supuesto, las obras de los diversos artistas que exponen en diferentes formatos, en cada rincón de una casa serrana llena de vida.

A cada paso puede haber una sorpresa que maraville y encienda ese placer mágico que genera el arte visual. Pero también se percibe placer sonoro, porque los parlantes en alta definición nos traen a la mesa, con fuerza, los espíritus de Elvis Presley o de los grandes maestros del jazz.

Las comidas

Antes de empezar, la casa había ofrecido un pan casero rústico con una mayonesa artesanal de color rosado, por el agregado dulzón de remolacha. También tenía tomates cherry y semillas, como para sumar sensaciones y colores. De beber ordenamos una fresca limonada de arándanos, bien licuada, de 3/4 ($ 195).

Las comidas tienen presentaciones tan coloridas que resultan también pequeñas obras de arte. Efímeras, pero se nota que hay una búsqueda en la composición. Hay equilibrio entre las materias primas, complementos visuales y organolépticos en sus composiciones. 

De entrada pedimos una provoleta ($ 260). Llega borboteante en una pequeña plancha de hierro fundido. Los contrapuntos de colores y sabores son otorgados por champiñones, tomates cherries y unas hojas de perejil, todos fundamentales porque no hay nada más aburrido (y seco) que una provoleta solitaria. 

Bife y ravioles

Luego de eso, en una carta bien tentadora (incluso con opciones para la hora del té), optamos por un plato de carne y por uno de pasta rellena. Un bife de chorizo ($ 300) con ensalada Siroco ($ 190) y unos sorrentinos rellenos de salmón y langostinos ($ 310) con salsa de crema y verdeo ($ 140).

El bife de chorizo llega en el punto solicitado. Tiene envergadura, color dorado y buena sazón (llega bañado con una lluvia de ciboulette fresco y con una ración de una versión libre de la ensalada criolla). Se cocinó a la vista, en la cocina de la terraza, que complementa un chapón de hierro con hornallas y horno. En esa misma terraza, la vegetación y el arte explotan ante nuestros ojos. Y los aromas de esa cocina abierta también suman a la composición del momento mágico, de la experiencia integral.

La ensalada Siroco, que acompañó el bife, se compone de gajos de papa a la plancha, de pimientos salteados, de cebolla morada cruda, de rabanitos y de vinagreta a la mostaza. El toque diferencial lo dieron unas hojitas de hinojo, por su perfume tan cercano como exótico.

Luego llegan los ravioles, de masa con mucho cuerpo y, por ende, humedad. El relleno es generoso, pero el mayor complemento de sabores y texturas se genera con unos tomates cherries, con crema al vino blanco (bien presente en el sabor final del plato) y con abundante cebolla de verdeo, que pinta de verde el paisaje.

Baño, postre y despedida

Antes del postre vamos a revisar el baño y, además de una tele de 20 pulgadas de 1990 (que para un niño puede parecer un objeto de ciencia ficción), tenemos un habitáculo impecable y equipado.

El panqueque con dulce de leche y frutillas ($ 150), con toques de crema y arándanos, resulta un éxito porque la cantidad de dulce no empalaga en los bocados. La fruta roja ayuda con su acidez a que eso no suceda. Está claro que la composición está pensada en cada uno de los platos de este bar y restaurante serrano. En algunos es muy buena y en otros tiene margen para corregir (como en los ravioles, a los que les falta una pequeña chispa que genere tensión entre los componentes).

De lo que realmente Siroco Arte & Resto puede estar seguro es de que su servicio es muy eficaz y de que la experiencia de entrar a esta casona en medio de la montaña, que rebalsa de arte sonoro y visual, es maravillosa. Es una gran vivencia integral para disfrutar con todos los sentidos.

 

Siroco Resto & Arte

Calificación: muy bueno.

Los Robles y Los Ciruelos, Villa Los Altos (Camino del Cuadrado, Río Ceballos).

Reservas al (0351) 155-070461.

Abierto de viernes a domingos.

Efectivo y tarjetas (débito 5% de recargo).

Provoleta en Siroco.
Bife de chorizo.
Ravioles de salmón.
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Provoleta en Siroco.
Bife de chorizo.
Ravioles de salmón.
Panqueque, la obra de arte final.

15 restaurantes para celebrar el Día de la Madre

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El Día de la Madre es tal vez la fecha más fuerte del año en los restaurantes de Córdoba. ¡Todos queremos celebrar a mamá! Por eso, los gastronómicos preparan menús especiales para recibir a las familias que van en busca de un momento de placer. Este año hay menús desde los $ 500 (empanadas en lo de Villalpando) hasta los $ 1.500 (almuerzo gourmet en Sibaris).

Bistró del Poeta. Cordillera y Cardeñosa. El restaurante del hotel Holiday Inn anuncia appetizer caliente, salad bar, selección de fiambres y de quesos. Luego, sugerencia del chef: lasagna en nero di sepia, salmón rosado hilado, camarones en marinada de jengibre y espinacas en salsa de azafrán. Postre: bufé de minipostres. $ 950. Incluye una bebida sin alcohol. Menú infantil (menores de 12), $ 550. Sólo se toman reservas abonando la totalidad de las tarjetas al (0351) 477-9181.

El Celta. Jerónimo Luis de Cabrera 269. Entradas: salmón rosado especiado o mollejas maceradas en cítricos. Principales: cazuela de mariscos a la crema; lomo de ternera en croute de hierbas; abadejo en salsa mediterránea de langostinos; lasagna de cordero a la menta. Postres: biscuit relleno de mousse de chocolate, nueces y frutillas; pie de queso con semifredo de pomelo rosado. $ 1.190. Menú infantil (menores de 12 años), $ 690. Reservas al (0351) 473-0111.

El Búho. Ruta E-53 s/n, Agua de Oro. Entrada: jamón El Búho. Principales: variedad de pastas, lomo con salsa de hongos, lomo a la pimienta. Postres: crema catalana, flan, helado. Opción pastas, $ 700. Opción lomo, $ 830 (pagando en efectivo). Reservas al WhatsApp (0351) 156-794224.

Espacio San Miguel. Colón 5290. Frente al CPC. Almuerzo con show en vivo. Opción 1: entrada de salchicha parrillera con salsa de queso fundido acompañada de ensalada. Principal: pollo de campo adobado con limón acompañado papas, bacon y vegetales. Postre: brochet de frutas bañado con chocolate y helado. Opción 2: entrada de empanada de molleja al champán. Principal: carré de cerdo relleno con zanahorias. Postre: mousse de chocolate perfumado con mandarina. Opción3: picada árabe con baklawa de postre. Todas las opciones, $ 890 (incluyen bebida sin alcohol) y una copa de champán. Menú infantil, $ 320. Teléfono (0351) 484-0000/1926.

Hotel Windsor. Buenos Aires 214, Centro. Menú Sibaris Restaurante. Entrada: burratina, tomates, albahaca y arándanos. Plato principal: entrecot a las brasas, espárragos, panceta, puré de arvejas y jugo de carne o lomo de cerdo en croute de perejil y vegetales de temporada. Postre: torta húmeda de chocolate, frutos rojos y sorbet de frutillas. Incluye bebida sin alcohol, Nespresso y petit fours. $ 1.500. Reservas al (0351) 425-4477 y 156-863188. Menú Windsor Bar. Entrada: terrina de pollo y chutney. Principal: pechito de cerdo, salsa barbacoa y papa rellena. Postre: cremoso de yogur, frutillas frescas y avena casera. Incluye bebida sin alcohol. Precio por persona, $ 750. Reservas al (0351) 422-4012 int. 813.

La Sifonda. Luis de Tejeda 4242 y Paseo Rivera Indarte. Entrada: bruschetta de queso crema, jamón crudo y rúcula. Platos Principales: bife de lomo y panceta, puré de papa con puerro y emulsión de pimientos rojos; sorrentinos al horno de pollo y champiñones, salteados capresse. Postre: arrollado de chocolate y frutos rojos. El precio del menú con lomo es de $ 790 y del menú con pasta, $ 690. Teléfonos (0351) 152-456320 y 152-048517.

Lo de Villalpando. 25 de Mayo 1186 y Fuerza Aérea 1715. Opción 1: escabeche de vegetales con pancitos caseros; diente libre de cuatro variedades de empanadas (carne cortada a cuchillo, queso, mondongo y pollo); quesillo con dulces de cayote, higo y zapallo en almíbar ($ 500). Opción 2: escabeche de vegetales con pancitos caseros; diente libre de empanadas salteñas; cabrito, lechoncito y bondiola de cerdo braceada o cazuelas de cordero, locro, humita a la olla, buseca, guiso de lentejas; quesillo con dulces de cayote, higo y zapallo en almíbar ($ 700). Y de regalo, un vino Torrontés Tardío por mesa. Menú infantil $ 300. Reservas al (0351) 451-6947 y 465-8298.

San Leonardo. Costanera s/n., Agua de Oro. Entrada: eclair de cream cheese de lima o vitel toné con alcaparras. Principal: matambrito de cerdo con papas rotas o ravioles crocantes de calabaza y muzzarella. Postre: torta chajá. $ 750 (en efectivo). Incluye una gaseosa, agua o copa de vino por persona y obsequio para madres de la mesa.  Reservas e informes al (03525) 49-3660 y (0351) 153-973168.

Tucson. Rafael Núñez 3803 y Félix Olmedo 2018. Triángulos de muzzarella rebozados o papas fritas con queso fundido y panceta ahumada. Principales a elección: ribs de cerdo, pollo deshuesado, sorrentinos de salmón rosado, ensalada César o bife de chorizo. Postres: frutillas con crema o mousse de chocolate. $ 1.100. Menú infantil, $ 499. Reservas al (0351) 482-5718 y 460-1175.

Úrsula Restaurante. Ruta E-53 s/n., El Manzano. El viernes 18 (cena) y sábado 19 (almuerzo y cena) mamá es la invitada de la casa y por eso le regalan su plato (válido para grupos de una mamá cada tres comensales). Menú para el domingo. Copa de champán de bienvenida y pancitos caseros con alioli. Entrada: empanada de carne. Postre trifle (biscuit de vainilla y mousse de dulce de leche). Opciones de principales: cabrito al horno con papas especiadas ($ 895); vacío en su jugo, horneado en cocción lenta con mil hojas de papa o papas fritas ($ 725); panzotti de rúcula, muzzarella y almendras ($ 650); sorrentinos de jamón, muzzarella y albahaca ($ 650); añolotis de osobuco braseado y mix de hongos ($ 650). Menú infantil, $ 300. Pagando en efectivo, 15% de descuento. Consultas y reservas al (03525) 493-650 y (0351) 156-374812.

Fénix Parrilla Restó. Gigena 1977, Cerro de las Rosas. Appetizer: pan tipo brioche, chalitas saborizadas, escabeche de verduras. Entrada: picada criolla, salame tipo Colonia, bondiola y queso. Empanada criolla frita. Plato principal: lasagna de carne y verdura con jamón cocido y mozzarella con salsa mixta. Sorrentinos rellenos de salmón salteado en cebollitas con manteca. Bife de chorizo a las brasas con salsa criolla, papas fritas y huevo revuelto. Matambrito de cerdo al roquefort con rúcula y parmesano. Pacú a la parrilla con papas rústicas. Postre: chocotorta. Copa helada Macedonia. Copa de frutillas con crema. Precio por persona $ 700. Menú infantil (menores hasta 10 años) $ 290. Sólo al mediodía. Reservas al (0351) 482-1015 y 156-989465.

La Comarca. Mariano Fragueiro 1580, Alta Córdoba. Domingo al mediodía, menú completo con empanada criolla, parrilla full con guarnición, bebida sin alcohol, postre y brindis $ 785. Reservas al (0351) 473-2218.

Gran Vadori (Falda del Carmen). El menú para el Día de la Madre de la posta serrana. Recepción: Pinchos capreses , queso sardo, tomates cherry albahaca y semillas tostadas con chupito de campari, naranja y coulis de yerba buena. Entrada: Strudell de chichoca de vegetales salteados al curry. Opciones de principal: Colita de cuadril macerada 24 horas en aceite de oliva y especias, asada en parrilla y bañada en salsa de hongos portobellos y vino blanco, con papas y verduras a la a la chapa; Matambre de cerdo a la parrilla con ralladuras de limón y puré rustico con olivas y puerro; sorrentinos horneados de calabaza o de pollo, tomates secos y queso Malga ahumado en crema de puerros, portobellos y castañas de cajú. Postre: Degustación de postres. Precio: menú carne $ 890; menú pasta $ 790.  Menú niños (hasta 12 años): Empanadas de jamón y queso, milanesas con fritas o pasta y panqueque de dulce de leche o helado ($ 490). Reservas al 351 6427600. 

Junior B. En sus más de 20 locales, el domingo las madres contarán con 3 x 2 en postres de cualquier variedad de la carta y un 20 por ciento de descuento en entradas en cualquier franja horaria de ese día. Además, en las redes sociales de la marca se sortearán cinco vouchers de consumo para cuatro personas, que pueden ser utilizados en el almuerzo o la cena. 

Mirá Silvina. Mirador villa Silvina (Salsipuedes). Entrada: empanada criolla en horno de barro. Principales: bondiola de cerdo con papas bravas, salsa crema de hierbas y tomate asado; lasagna de ricota, espinaca y muzarella con salsa bolognesa; cordero horneado con papas rústicas y salsa criolla. Postre: panacotta de chocolate negro y frutos rojos. Precio por persona: $ 650. Opción cordero $ 750. Menú infantil, $ 300. También cuenta con menú vegetariano y sin gluten. Reservas al (0351) 153-727652 y al 153-928885.

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Diente libre de empanadas, una de las opciopnes en Lo de Villalpando.
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Ribs de cerdo en las dos direcciones de Tucson.
Diente libre de empanadas, una de las opciopnes en Lo de Villalpando.
La Sifonda se prepara para recibir a las madres.

“Un asado queda genial con espumante de principio a fin”

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Si a alguien le gusta cocinar, los pasos por seguir para convertirse en un gran cocinero son arduos. Y llegar a chef de un restaurant como el que Bodega Chandon tiene en Mendoza aún más. Las exigencias de un público refinado, de una cocina cada vez más estricta y la tensión extra de tener que maridar todos los platos con los espumantes de la bodega hacen que ese trabajo tenga ciertos rasgos de experiencia extrema.

Matías Gil empezó a cocinar de chico, en los bares de los amigos, siempre inspirado por lo contrario a casi todo cocinero: nunca le gustó cómo cocinaba su abuela. Esto cuenta mientras participa como chef invitado al evento Bariloche a la carta, en esa ciudad de la Patagonia. 

-¿Cómo llegaste tan joven a estar a cargo del restaurant de Bodegas Chandon?

–Soy mendocino y empecé a cocinar como hobby, me gustaba el ambiente de los bares y eso era un incentivo. Así que trabajé en bares haciendo cosas sencillas y después fui profesionalizando mi cocina. En ese momento, el turismo de bodegas estaba empezando a formarse, por lo que entrar en una bodega era difícil. Después trabajé en hoteles en Las Leñas y en Villa La Angostura, hasta que pude entrar como ayudante en la cocina de Bistro Chandon en Mendoza. Cuando se fue el chef principal, me junté con la gente de la bodega, les cociné y parece que les gustó porque quedé a cargo de la cocina. Es una responsabilidad muy grande porque tengo 34 años y tal vez se puede considerar que no tengo suficiente experiencia para esto, pero esa responsabilidad vino acompañada por mucho estudio, sacrificio y perseverancia. 

–¿Qué tipo de estudio implica dedicarse a esta gastronomía?

-En mi caso yo soy un gran consumidor de bibliografía. Leo y estudio constantemente. Después, es importante hacer viajes gastronómicos. Vengo de estar trabajando con Martín Berazategui, que es un chef 3 estrellas Michelin y también en Noor, en Andalucía, que fue una experiencia extraordinaria, porque es un restaurant de una estrella en el que hacen un esfuerzo muy grande para construir una identidad. Ahí conocí mucha gente dedicada a la investigación y al desarrollo. Todos los grandes restaurantes tienen equipos de investigación. Eso me ayudó a enfocarme en el estudio. 

–¿La teoría permite trabajar mejor los platos?

–Totalmente. Además de comprar libros de chefs que me gustan, estudio mucho sobre vinos porque todo cocinero debe ser sommelier y todo sommelier, cocinero. Ahora estoy estudiando las moléculas para trabajar los maridajes. Es fascinante, porque generalmente en maridaje se trabaja por contraste o complemento, pero la química molecular muestra que hay moléculas volátiles y no volátiles, cada producto tiene una genética molecular, nuestro cuerpo emana aromas particulares definidos a partir de moléculas. Por ejemplo: el Chardonnay se expresa de una manera, tiene una cadena de aromas que pueden estar definidos por una secuencia de aromas vegetales. Entonces tomo esa cadena de aromas de la cepa y marido con la cadena de vegetales en el plato. Eso permite trabajar con afinidades, que es lo que prefiero. Trato de encontrar los hilos conductores que están en los productos y permiten el maridaje. 

–Es como que partís de la teoría para llegar al plato. 

–Los que trabajamos en bodega tenemos el desafío de que la vedete de la mesa no es el plato, sino que son los productos de la bodega: el vino y el espumante. Cuando se comprende eso, es cuestión de trabajar en la compañía del vino: el plato es el partenaire del vino, tiene que ser bueno, pero lo importante siempre va a ser la bebida. En nuestro bistró tenemos todas las bebidas de bodega Chandon. Y trabajamos con notas de cata, en relación directa con los enólogos y con los ingenieros agrónomos. Leo mucho y estudio la composición molecular de los vinos. Cuando tengo dudas me siento con el agrónomo y el enólogo y evaluamos las condiciones climáticas, la tierra, el sol, los minerales. Y después con las moléculas. Cada cepa se manifiesta en los aromas primarios y esas cadenas moleculares de aromas permiten trabajar de una manera específica pensando en la combinación con el vino o el espumante. 

–Es casi como un laboratorio…

–No soy químico, soy un cocinero que trata de trabajar con lo que está establecido. Hace un tiempo tuve una crisis en la que pensaba que todo lo que estaba haciendo ya estaba hecho y sólo reproducía técnicas. Y ahí empecé a pensar en algo que sea distinto, a partir de las incógnitas uno empieza a desarrollar cosas nuevas. Ya no pienso en cómo puedo hacer un plato, sino más bien en qué puede tener ese plato que no se haya hecho o no se haya trabajado. Y siempre con el maridaje como objetivo. Por ejemplo: ahora estoy trabajando con el colágeno que extraigo de los alimentos a partir de cocciones muy lentas al vacío. Extraigo el colágeno y luego lo agrego en forma de salsa para que no se pierdan aromas ni sabores, y reponerlos al producto. 

–¿Y cómo se maridan con este tipo de técnicas los productos de Chandon?

–Nosotros trabajamos en el bistró con un menú de pasos y usamos diferentes líneas del portafolio de Chandon. En este momento, estamos trabajando con el Extra Brut, que es el producto emblema de la casa y cumple 60 años. Además ofrecemos mucho el Cuvée Reserva de Pinot Noir, un monovarietal que tiene el vigor característico de la cepa, mucha estructura, diferente al Chardonnay. La diferencia es que, cuando la uva llega a la bodega, se la prensa a muy baja presión para extraer el jugo, las extracciones de jugo, y se las deja reposar dos años sobre lías, entonces tienen muchos aromas a frutos secos, a pan. Eso genera buenas combinaciones y posibilidades de maridajes. Es un trabajo interesante porque lo que se hace es acentuar los sabores.

–El consumidor argentino está acostumbrado a tomar espumante sólo en fiestas o después de comer, ¿cómo responden a esta costumbre?

–De a poco se va corrigiendo el gusto de la gente por el espumante. El espumante es para comer en todo momento, no solamente en festejos. Todos los espumantes de Chandon se pueden consumir con un elemento cárnico o con vegetales. El espumante acentúa sabores, porque la combinación de aromas, sumada al gas carbónico que va a hacer el trabajo del tanino, limpia la boca. Tenés la parte grasa de la carne y la parte refrescante que te va a dar el espumante. Tenemos una variedad muy grande, desde un Apéritf que es para arrancar con algo refrescante, con aromas interesantes bien expresados, y el Délice, que es muy versátil porque combina 4 cepas y rompe con la estructura de consumo de los espumantes secos, porque se puede tomar con hielo o se le pueden aportar otros aromas o sabores, como pepino, albahaca o pomelo. El Extra Brut es muy fresco, se puede acompañar tranquilamente con carnes blancas, pescado, vegetales y también con una picada. Con algunas cosas más complejas como el Cuvée, que son espumantes con reposo sobre lías, recomiendo comer con carnes más cargadas y especiadas. Hay que tomar espumante con todo, un asado queda genial de principio a fin sólo con espumantes. Hay que animarse a probar y a jugar con las opciones que brindan las burbujas. 

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Noticias gastronómicas: el lunes larga la Semana de la coctelería en Córdoba

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La primera edición de la Semana de la Coctelería y tapas se realizará en Córdoba desde el próximo lunes 28 de octubre al domingo 3 de noviembre en 34 bares y restaurantes de la ciudad. Se anuncian nuevos cócteles, tapas, menús especiales, muchas promociones y eventos con los sponsors. Los establecimientos participantes son: Francis, Brindisi, X Bar, Vermutería, The Journey, Colores Santos, Apartamento, Glotón, Cientovolando, Bullanga, Panicafé, Patio Burgués, Sale 1729, Tea Shop, BackerHaus, Cruz Espacio, Encontraté Laboratorio, Tucson Núñez, Tucson Rogelio Martínez, Pan Plano Bº Jardín, Pan Plano Urca, Pan Plano Güemes, La Tasca, Paseo Kermés, Martinoli, Le Marine, Albufera, El Celta, La Sifonda, La Sifonda Paseo Rivera, El Patio de los Naranjos, Bistró del Poeta, Goulu y Pugliese. Organiza Circuito Gastronómico y la Municipalidad de Córdoba. Toda la info del evento está en la web SemanadelaCocteleria.com.ar .

Larga la feria Premium Wine Experiencie

Este jueves 24 comienza la feria de vinos boutique Premium Wine Experiencie en el hotel Holiday Inn (Fray Luis Beltrán y Cardeñosa). Hasta el sábado, concentrará a los máximos referentes de la vitivinicultora argentina, que presentarán sus productos destacados y recomendados a nivel mundial. También invitará a los asistentes a degustar las nuevas añadas, los vinos de autor de edición limitada y a dialogar con enólogos y bodegueros de trayectoria. Anticipadas en vinotecas a $ 700 o en Autoentrada a $ 800. En puerta, las entradas se venderán a partir de $ 850. Más info en www.premiumwinescba.com.ar .

Gastronomía, eventos, turismo y hotelería

El Instituto Superior Mariano Moreno organiza una “Jornada de vinculación profesional: gastronomía, eventos, turismo y hotelería”, que se realizará el miércoles 30 de octubre en la sede de Colón 1046. Durante la jornada, habrá disertaciones relacionadas a franquicias, diseño, comunicación y manejo de redes, tendencias en el mercado laboral, saberes y experiencias en primera persona con destacados profesionales y mucho más. Más info al (0351) 425-4510.

Abre una parrilla en San Antonio

La Serena Parilla Restaurante abre sus puertas en San Antonio de Arredondo y promete brindar “experiencias para todos los sentidos haciendo honor a la cultura argentina del vino y el asado”. Atravesando el nuevo camino a Las Jarillas, este nuevo espacio gastronómico propone una carta para con diferentes cortes y tipos de carne, guarniciones especialmente elaboradas para cada plato y pastas para quienes deseen degustar platos caseros. Además, La Serena ofrece vinos de 14 bodegas locales y regionales. Está en Ruta 48 km. 1, Camino a las Jarillas. Reservas al  (03541) 153-37858.

Nuevo vino dulce natural de Torrontés

La bodega Valle de La Puerta, una de las grandes representantes de la región del Valle de Famatina (La Rioja) presentó su nuevo vino blanco Dulce Natural. Se trata de un blend de Moscatel y Torrontés que se presenta como un vino muy aromático en el que resaltan las notas de los azahares, ruda y frutas tropicales como mango, ananá y durazno, entremezclados con notas cítricas de la lima y la mandarina, y un toque de miel. Precio sugerido en vinotecas: $ 290.

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Se viene la "Semana de la coctelería y tapas" a Córdoba.
Los mejores vinos boutique en el hotel Holiday Inn.
Nuevo dulce natural de bodega La Puerta.

Paseo Kermés: todos los días una feria gourmet

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Paseo Kermés es la nueva propuesta de barrio General Paz en materia gastronómica. En realidad, es un espacio que ha mutado paulatinamente y que hoy ha adquirido una fisonomía para recomendar, por la variedad y la calidad de sus propuestas.

El chef Maximiliano Moll, de Bocados (el restaurante contiguo) aceptó el desafío y junto a su equipo de trabajo se hizo cargo de casi la totalidad de los locales de la ex Galería Mercato, donde él también ya administraba la hamburguesería Moll & Co.

Y no sólo eso. Maximiliano Moll, hombre destacado de la cocina cordobesa contemporánea, ya había tomado las riendas del terreno colindante con Mercato, abriendo su propia cervecería en un contenedor, por lo cual además de Bocados y Mercato, el paseo se completa con ese espacio al aire libre.

Pizzas napolitanas

Tal como explica en la carta, la pizza napolitana "no es una variedad de pizza sino un estilo de elaboración de la pizza". Y es un estilo poco difundido en Córdoba, que en materia de pizzas a la piedra ha importado la del norte de Italia (masa más amplia y base más firme).

Recién este año se dieron a conocer dos lugares además de este con esta pizza que destaca "una masa tierna, delgada y esponjosa, con un borde alto y suave": Alto Ghandi en Valle Escondido, Pizza Madre en el Centro y ahora Paseo Kermés. Tan delgada puede llegar a ser la masa que, a pesar del piso, en algunos casos se puede comer doblada, como un pañuelo.

Esta es una excelente noticia. La suavidad de la masa (por la levadura natural o "masa madre", por la calidad de la harina empleada, por el tiempo de leudado que va de 36 a 48 horas) contrasta con la delgada línea crocante que le otorga en su micro superficie el choque térmico de 400 grados, que las cocina en menos de dos minutos.

Nosotros pedimos la clásica Margarita (salsa de tomate fresco, muzzarella y albahaca), que aquí se llama Para Vos Vecina ($ 200). Es una pizza de cuatro porciones, para un almuerzo o cena individual, pero también puede servir como entrada para dos personas si lo que quieren esas dos almas es probar más especialidades de esta casa.

Ojo de bife

Eso es lo que precisamente vinimos a buscar, probar la calidad de las propuestas más allá del restaurante español Bocados y de la hamburguesería Moll (ambos muy buenos y ya conocidos). La pizza ya está aprobada por eso el segundo paso de esta cena será un plato de parrilla que, como buen pionero que es este chef oriundo de Laguna Larga, ya trabaja con las parrillas, hornos y ahumadores de cerámica kamado. A la vista.

Dicen que el kamado es el secreto mejor guardado de la cocina japonesa y hay una linda historia por detrás de esta herramienta, pero lo que aquí importa es que comimos un muy buen Ojo de bife con guarnición triple a $ 500. ¿Las bebidas? Cervezas de la casa: Irish Red ($ 165 la pinta).

El ojo (que en criollo significa costeleta redonda sin hueso) llega en su punto solicitado (la virtud no sólo está en lograrlo sino en preguntarlo). Para destacar, el pocillo de sal gruesa condimentada para ajustar sabores y las tres cazuelas que acompañan al bife. Por un lado, una ensalada mixta con lechuguín, tomates cherry, cebolla morada y rúcula hidropónica. Bien fresco. Por otro lado, una ensalada tibia de vegetales a la plancha (berenjena, zucchini, calabaza, pimiento). Mucho sabor. Y por último, las infaltables papas fritas, en este caso en gajos. Se acompañan con un alioli bien perfumado con ajo y con una suave salsa de remolacha.

Así da gusto sentarse a comer.

Postre y cóctel

A la hora del postre la variedad no es tan importante: Crumble de manzanas, Marquise de chocolate y Lemon pie ($ 190). Probamos el último y se dejó comer hasta la última cucharada, cosa que no es fácil si el dulce no logra un equilibrio justo entre los componentes del postre.

Para terminar, como si fuera poco, probamos un cóctel que se llama Pichón y ojudo (al parecer, todos o muchos de los nombres de los platos y tragos tienen una historia por detrás). Se compone de Campari, whisky Jameson, vermú Cinzano y una infusión fría de café ($ 200). 

Prevalecen el dulzor del vermú y el aroma del café sobre una base suave pero de buena estructura gracias al whisky y al bitter. El garnish de naranja es el toque final que hace de este cóctel un digno epílogo de jornada laboral que, como se ve, termina de la mejor manera posible: comiendo y bebiendo rico y variado, con productos de calidad.

Paseo Kermés25 de Mayo 1045, barrio General Paz.Teléfono (0351) 158-05-4791.Abierto todos los días desde las 8 de la mañana.Efectivo y tarjetas.

Paseo Kermés ofrece una gran variedad de propuestas gastronómicas.

Enoturismo en Calamuchita: pinares, vinos y vida gourmet

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El Valle de Calamuchita fue pionero en la reconversión del vino de Córdoba. En esta geografía serrana, ubicada al sudoeste de la capital provincial, fue fundada en el año 2003 la bodega Finca Atos, con seis hectáreas de viñas de Pinot Noir, Malbec o Cabernet Sauvignon (entre otras).

Calamuchita, valle dominado por un paisaje de película, con pinares y ríos transparentes, ya cuenta con otras cinco bodegas que elaboran más de 12 mil litros de vino al año. Son Vista Grande y Familia Furfaro (ambas en Villa Ciudad Parque), Finca Atos (Atos Pampa) y Las Cañitas (Villa Berna). También hay otras que, por la cantidad de litros, están bajo la denominación "elaboradores artesanales", como Río del Medio (Los Reartes) y Las Acacias (La Cumbrecita). 

Quien haya probado estos vinos seguramente habrá comprobado que la reconversión del vino cordobés busca elevar la calidad del producto. Pero no sólo eso. La reconversión también implica ofrecer experiencias ligadas al enoturismo.

Así, ya florecen en Córdoba visitas guiadas a las bodegas y viñedos, degustaciones, posadas dentro de los predios y hasta restaurantes en sus instalaciones.

Posadas gourmet

Por una invitación, llegamos a Posada Lautaro, en Villa Yacanto, que busca posicionarse entre las opciones que ofrecen no sólo buen alojamiento, sino también un servicio gastronómico de estándar más elevado al promedio habitual de las zonas serranas.

Es que la gastronomía de los valles turísticos de Córdoba sigue siendo bastante tradicional y es justamente en las posadas en donde en el último tiempo se están disfrutando los avances en cuanto a la originalidad de las propuestas, calidad de productos empleados y técnicas de cocción.

Lautaro es una posada ubicada en un gran predio, con bosque propio de pinos, ubicada a pocos kilómetros del centro de Yacanto. Las habitaciones están construidas en piedra y madera y se calefaccionan únicamente a leña. Pero sin dudas uno de sus mejores servicios está en las comidas, que siguen esa línea de rusticidad que propone el alojamiento.

Inspiración Mallmann

Fuego, leña, estaca, parrilla. De panes a carnes, pasando por verduras y frutas, todo fue trabajado a la llama o a la parrilla en este fin de semana que nos tocó vivir en la posada. 

Esa inspiración tal vez provenga del pasado de uno de los responsables, Leonardo Mauleón, mendocino radicado en Córdoba que trabajó organizando eventos para Francis Mallmann.

El almuerzo de domingo, al aire libre y con el sol entrando entre los pinos, se conformó de bondiola de cerdo a la parrilla (previamente macerada en limón, oliva y romero) acompañada de verduras al rescoldo: zanahorias, puré de berenjenas, cebollas y pimientos. Todo con un adorable baño de alioli, perejil y aceite de oliva.

Restaurantes

Si bien la gastronomía de Yacanto sigue muy ligada a una tradición, hay una incipiente reconversión en los restaurantes, en busca de atraer a un turismo más sofisticado. 

Mucho tiene que ver con estos avances el trabajo de las secretarías de turismo. Así como el Valle de Traslasierra tiene lo suyo en el tridente conformado por San Javier, La Población y Yacanto de Traslasierra, en Yacanto de Calamuchita se está trabajando para empezar a conectar a los productores artesanales de alimentos radicados en la zona con los dueños de los restaurantes, lo cual está produciendo cambios en la gastronomía del lugar. Pequeños pero firmes.

Por ejemplo, en el restaurante Aldea de los Cerros, que también cuenta con alojamiento, además de las clásicas minutas se puede disfrutar de un ojo de bife con hongos de la zona. Y una mousse de queso de cabra acompañada con mermelada de pimientos rojos, un plato con texturas novedosas que conservan y potencian la expresividad aromática de sus componentes.

También probamos una sugerente mousse de chocolate entre los postres, elaborada con materias primas de altísima calidad. Por ahí va la reconversión gastronómica, de la mano de un turismo gourmet que busca descanso pero también alta gastronomía, visitas a bodegas, degustaciones de vinos y placeres que se encuentran perfectamente desarrollados, por ejemplo, en Mendoza.

Está claro que en la provincia cuyana el vino no sólo es una actividad turística. Es una industria importante y, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), representa casi el 70 por ciento del vino que se elabora en el país. Córdoba se ha reconvertido en calidad en el último tiempo, pero produce solamente el uno por ciento de la uva que se vinifica en la Argentina.

De igual manera, hay un dato más alentador: cuando la Agencia Córdoba Turismo presentó en septiembre una nueva página web para realizar tours virtuales por las bodegas publicó que, según el Observatorio Nacional Vitivinícola, hoy Córdoba es el tercer destino de la Argentina con mayores visitas turísticas a bodegas y a productores artesanales de vino, ubicándose después de Mendoza y de Salta, fusionada con Jujuy.

Visita a bodegas

Cómo son los vinos de Córdoba  

En el Valle de Calamuchita hay visitas guiadas en las bodegas Vista Grande y Familia Furfaro (Villa Ciudad Parque). Las Cañitas (Villa Berna) también las ofrece y les suma servicios de alojamiento en cabañas y en restaurantes. Próximamente, también habrá en Las Acacias (La Cumbrecita)

Nosotros hicimos un recorrido por Finca Atos, la bodega del paraje Atos Pampa, que está ubicada sobre la ruta asfaltada que conecta a Villa General Belgrano con La Cumbrecita, poco antes del puente sobre el río Intiyaco. Un lugar maravilloso desde el punto de vista natural.

Desde Yacanto se puede llegar en poco más de media hora, por un pintoresco y zigzagueante camino de 20 kilómetros de tierra, con vista a las sierras grandes y a los pinares de la zona. Incluso, se atraviesa un puente sobre el río Santa Rosa que hace más atractivo el trayecto.

Las visitas guiadas con degustaciones son los días jueves, viernes y sábados, de 10 a 12 y de 14 a 17. Están a cargo de la familia Astesano, propietaria del emprendimiento, que nació luego del corralito financiero de diciembre de 2001. 

La familia logró salvar los ahorros y comenzó este novedoso proyecto, que no sólo cambió su vida, sino también la de muchos lugareños que trabajan y se forman desde entonces, hasta el día de hoy, en materia vitivinícola.

Viñedo de altura

El de Atos Pampa se define como un viñedo de altura, porque está a 1.200 metros sobre el nivel del mar. Las primeras vides se plantaron en 2003 (siete variedades) y utiliza el riego por goteo con bomba del agua de vertientes. 

La visita comienza con un recorrido por el viñedo montañoso, continúa en la bodega (en donde se puede entrar a la cava con 40 barricas de roble) y termina en una sala de degustación. La entrada cuesta $ 250, monto que puede utilizarse como crédito para compras de productos.

Durante la hora y pico de la visita, nos enteramos, por ejemplo, de que la composición mineral del terreno cambia de planta a planta, que actualmente la bodega produce 20 mil botellas de vino al año y que su aspiración es llegar a 40 mil, cuando las nueve hectáreas del predio estén productivas (hoy hay seis). 

Eduardo Astesano, iniciador del proyecto, dice que no quiere más de 40 mil porque eso significaría modificar el plan de negocios. Asegura que así está bien, que quiere seguir vendiendo toda su producción en la bodega, en restaurantes de la zona y por internet. 

"Hoy los vinos son en Córdoba como los alfajores. Todos los que visitan una zona con bodegas quieren llevarse una botella de souvenir", explica mientras descorcha lentamente un Pinor Noir de la línea clásico en la sala de degustaciones. Esta sala de altura es parte de la nueva arquitectura de la bodega, que también se actualizó hace poco en materia de equipamiento. 

Restaurantes clásicos de Yacanto

En el Centro de Yacanto hay sabores clásicos de restaurantes históricos como Doña Custodia o Los aljibes. Ambos están ubicados frente a la plaza principal, más conocida como la "Plaza de los niños".

Doña Custodia tiene más de 80 años. La cocinera Custodia Martínez lleva cocinando para vecinos y turistas desde hace más de 40.

Y Los Aljibes inauguró en 2008, en donde desde 1930 funcionaba un almacén de ramos generales y luego una pulpería. Ofrece servicio durante todo el día, con minutas, meriendas, pastas y comidas serranas. 

Ambos están ubicados al frente y juntos son parte importante de la oferta gastronómica tradicional de Yacanto de Calamuchita.

Paseos recreativos

Visitas imperdibles son las localidades vecinas de El Durazno, San Miguel de los Ríos y el Cerro Champaquí. El geoparque Los Guanacos es una estancia que contiene una ecogranja orgánica y excursión a antiguas minas de cromita, cuarzo y vermiculita, con túneles artesanales ideales para un paseo familiar.

Se ven también antiguos polvorines y casas de los mineros. Cuenta con cinco circuitos de trekking y senderismo, con distintos niveles de dificultad, incluidos circuitos nocturnos para niños y adultos. Los precios van desde $ 800 para adultos y $ 400 para niños (incluye equipamiento y guías). 

También se puede comer en el predio, cocciones al disco, a la parrilla y a la estaca. Más info al (0354) 156-51-9518.

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Bondiola de cerdo y verduritas al rescoldo.
Mousse de queso de cabra con mermelada de pimientos.
Eduardo y Nora Astesano.
Sala de degustaciones de Finca Atos.
Posada Lautaro, en Yacanto de Calamuchita.

Eduardo Olivera, de Scotti Wines: "Hago vinos que le gusten a la gente"

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Hay diferentes maneras de hacer vino. La fórmula de Eduardo Olivera parece la más sencilla: “Cuando hago vinos, no pienso como enólogo sino como consumidor”, dice. Pero detrás de esa fórmula hay mucho trabajo de reflexión y un largo camino recorrido. Pensar en lo cotidiano, en el sentido común de la gente, en habilitar el camino del disfrute, no caer en la tentación de hacer vinos para sommelier, no pensar en los consumidores de alta gama, no hacer cosas extravagantes. Este es un credo que en el estado actual es una decisión esforzada, porque se impone el modelo del enólogo que experimenta.

Eduardo Olivera Scotti nació y estudió enología en Mendoza y ahora está instalado desde hace años en Córdoba en donde también es docente en la Universidad Católica y en Azafrán. La vida de su familia lo llevó a tomar decisiones y adoptar costumbres que ponen en el trabajo y la persistencia los valores esenciales. Cuando era muy chico pasó de vivir en una hermosa casa con todas las comodidades, a vivir en una pensión y su padre tuvo que comenzar desde cero. Esas experiencias fueron un factor en su proceso de desarrollo de un camino propio con sus vinos.

Para Eduardo Olivera el perfil comercial es lo esencial, porque no debe perderse de vista que el consumidor es lo más importante. “Que la innovación la haga otro. Uno puede buscar hacer alguna cosa rara por gusto, pero los vinos tienen que tener un perfil comercial”, dice.

¿Pero de qué se trata cuando hablamos de perfil comercial en los vinos? Olivera es claro: “Se trata de no complicar ni enmascarar. Hay que hacer productos competitivos que gusten a la gente, vinos sencillos, bebibles, aptos para todo momento y que den ganas de seguir bebiendo. Si bien hay un público que busca la novedad y lo distinto, la mayor parte de los consumidores quieren un vino correcto, que guste y nada más. Eso se logra con cosas que son siempre atractivas, como un poco de madera, que no sea fuerte, ni excesivamente ácido, que no empalague. Si hay algo en el vino que no gusta, se lo deja”.

La filosofía del trabajo

Esta filosofía la ha desarrollado después de un largo camino. Empezó trabajando en Norton y siempre tuvo las ganas y la ambición de empezar algo propio. Lo mandaron a Córdoba a desarrollar la parte de marketing de la firma y empezó a hacer vino en bodegas alquiladas, y los vendía entre amigos, sin etiqueta y en caja blanca hasta que se dio cuenta de que eso era lo que quería.

En 2012 empezó a etiquetar con su propio nombre: primero la línea Ül (significa el ser que cuida el agua y la naturaleza para los autóctonos de Cuyo) y después presentó Gran Delirio y Delirante. Los nombres de la marca tiene que ver con su postura frente a la vida: animarse a soñar diferente. “Renuncié a lo que tenía de firme y seguro y con mi esposa Luciana embarazada y una hija de tres años, dejé el cargo importante que tenía y empecé con lo mío. Todos decían que era una locura. Y de ahí surgió el concepto Gran Delirio, que es el sentimiento de ir en contra de la lógica, hacer lo que uno quiere”.

Nuevos delirios

Ahora está presentado las nuevas etiquetas de la línea Más Delirante, que representa su manera de ver y hacer las cosas. “Nunca me gustó que me digan lo que tengo que hacer. Esa rebeldía me la transmitió mi viejo, la idea de nunca bajar los brazos, no rendirse, salir a caminar las calles, vender. Mientras trabajaba para otros nunca me sentía cómodo”. Y le agregó un modelo de negocios particular.

“A todos lados llevo mis vinos para vender. Me pasó de estar en Mar del Plata de vacaciones y en la carpa de al lado unos señores hablaban de mi vino. Yo recién empezaba, así que me acerqué y les vendí todas las cajas que tenía en el auto. Cuando mi viejo se quedó sin nada, pasó de vender millones a pasar casa por casa vendiendo lo que sea”. Eso marcó una enseñanza en su vida. “A medida que armaba el proyecto fui creciendo en base a la necesidad de abastecer el gusto de la gente, haciendo un vino moderno. Tener un buen cabernet, un buen blanco y después hacer un vino de alta gama. Siempre con el perfil de vinos bebibles”.

El Más Delirante es una cofermentación de uvas de Gualtayarry y Los Chacayes que surgió de un hecho un poco accidental. Y eso le da un carácter único y maravilloso. En 2015 mientras hacia un blend de vinos le quedó un tanque disponible y metió ahí las uvas que quedaba de Malbec, Petit Verdot y Cabernet Franc a fermentar todo junto. En este tipo de cosas se pierde la trazabilidad de lo que pasa con las uvas: es como dejar que hagan lo que quieran. A diferencia de un blend tradicional, en la cofermentación no se sabe qué va a surgir, se pierde el rastro. “Ese es el costado delirante, la locura de la que surge este vino”, dice.

Una línea completa y llena de sorpresas, apuntando al gusto de los comensales. La receta que Eduardo Olivera propone es juntarse con amigos a comer y abrir todos los vinos a la vez y así probar un poco de cada botella para aprender y saber elegir. “Puede gustar más el Malbec o encantar el Sauvignon Blanc. No hay un vino mejor que otro, sino el que a cada uno le guste”. Mezcla de trabajo y delirio, apuntando a romper los esquemas pensando en el disfrute. Así son los vinos de Scotti.

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Eddie Fitte visitó el clásico restaurante cordobés “Los Cabritos” y comió de todo

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En septiembre empezó la tercera temporada de De Barrio, un microprograma producido por Polka con la conducción del periodista Eddie Fitte. El eje es un recorrido por restaurantes y bodegones “más allá del circuito tradicional”. 

En las dos primeras temporadas se centraron en un Buenos Aires y ahora llegó el turno de salir por el interior del país. 

En ese plan fue que Fitte y el equipo técnico se acercó a un emblemático restaruante de barrio Las Margaritas,  “Córdoba Capital es inagotable y por eso llegamos hasta acá para comer mucho, bien, al estilo cordobés”, empieza diciendo el comensal.    En el informe, el conductor demostró su pasión por comer: sin dudarlo mucho, empezó por dos empanadas de cabritos, luego un plato de ravioles de carne y verdura, para terminar por el clásico cabrito más una porción de huevo con papas fritas.      “Desde hace más de 40 años, la parrilla de los cabritos ilumina la ciudad. Por favor, que ese fuego no se apague nunca”, sentenció Fitte en plan de crítico gastronómico descontracturado.    El segmento De Barrio se ve en Noticiero Trece, en TN, Cucinare y Ciudad Magazine.   
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Probaron fernet con Manaos de uva y así quedaron

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Matzorama, el divertido instagramer cordobés detrás de Muy liebre y generador de muchos videos virales, se animó a un nuevo “desafío” para su paladar. 

Junto a @elradree (Rodrigo Gallardo, quien se define en su cuenta como “influencer de influencers”) se grabaron haciendo una degustación con destino de viral. 

Probaron (o en rigor de verdad, inventaron) fernet con Manaos pero la versión sabor uva, en un clip delirante y divertido. 

Entre gastadas y ocurrencias del momento, Matzorama y su socio ocasional prepararon su cóctel en el popular envase de la botella cortada. 

“¿Sabés que disfruto de esto? Que estoy haciendo un fernet con un cordobés”, dice el invitado, a lo que Matzorama responde: “Creo que voy a dejar de ser cordobés después de hacer este video”. 

El resto, con el remate final, es mejor verlo por cuenta propia en el player arriba o en el posteo aquí abajo (se redirecciona a la cuenta de Matzorama). 

      Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de MATZORAMA (@matzorama) el29 Oct, 2019 a las 2:01 PDT

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Sabores peruanos en Córdoba: buenos, bonitos y baratos

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La cocina peruana en Córdoba se consolidó hace 20 años con la apertura de Sabores del Perú, de barrio Alta Córdoba. Desde allí, el chef Juan Valverde fundó una escuela. Todo aquel inmigrante peruano que quería trascender en gastronomía en Córdoba debía pasar por Sabores del Perú.

Juan Valverde hizo del buen servicio, del buen diseño de los espacios interiores del salón, de los sabores moderados (adaptados al paladar argentino) y de los precios populares una manera de vivir la gastronomía.

Este es un repaso por 10 restaurantes peruanos en Córdoba. Nueve con el mismo estilo de Sabores del Perú (gastronomía clásica) y uno con influencia gourmet, tal vez la pata gastronómica peruana que nunca pudo afianzarse del todo en Córdoba. Van en orden alfabético, y se destacan los mejores platos de cada restaurante:

Carabamba

Colón 1291, Centro. Está frente a la Jefatura de Policía desde hace cinco años y medio. Su cocinera se llama Rosa María Bohuytron y, según le dicen los clientes, los platos que más gustan son el ceviche, la jalea (pescados y mariscos rebozados y fritos) y el chaufa de mariscos (mariscos saltados en wok con arroz, verduras, huevo y salsa de soja). Teléfono: (0351) 425-8996.  

Cruz Espacio

Cárcano 120. La disco abre los sábados, al igual que su restaurante, último especialista en cocina nikkei de la ciudad. El chef, Leonardo Orellana, asegura que el estilo lo vienen desarrollando desde Mercado Central, el restó que cambió la fisonomía de barrio Güemes en 2011. Este sábado se anuncian en el menú platos como causa limeña (puré frío relleno) o ceviche mixto (pescados y mariscos crudos al limón) con leche de tigre con rocoto picante. Reservas al (0351) 153-802382.

Fuster

Colón 1390, Alberdi. Fuster es un clásico de Alberdi. Está en una esquina vidriada de Colón y Chaco. No llama mucho la atención, hay que animarse y entrar para descubrir esas papas a la huancaína (salen hervidas con una salsa de queso, ají amarillo y galletas de agua), el ceviche con salsa picante (se pide aparte y es riquísimo), anticucho de res (brochette de corazón marinado con hierbas y especias) y muchos clásicos más, como la causa o la papa rellena (como una bomba de papa bien rica y jugosa). Teléfono: (0351) 425-8757.

Ke Rico Restaurante

Silvestre Remonda 595 y Caraffa 2962. Esta firma cuenta con dos direcciones. Además de excelentes versiones de clásicos como las papas a la huancaína o el ceviche, tiene buenos platos, como el sudado de pescado (pescado guisado con tomates y pimientos), seco de carne (a la cacerola en una salsa elaborada a base de cilantro) y chicharrón mixto (fritura), de pescado y calamar, que sale con ensalada de tomates en cubos, cebolla morada, cilantro y choclo amarillo, bien fresquita. Teléfonos: (0351) 156-151127 (Alberdi) y (0351) 487-1041 (Caraffa). 

La Peruanita

Mendoza 1064, barrio Providencia. Este restaurante peruano desarrolla su servicio en una casa que conserva muchas de las paredes originales de la propiedad. Ofrece como especialidad uno de los platos más tradicionales de la gastronomía peruana: el pollo a la brasa, un pollo marinado con hierbas y especias que luego es asado durante una hora y cuarto en un horno de carbón, como si fuera al espiedo. ¡Se deshace en la boca y tiene sabor dulzón! Teléfono: (0351) 472-4371.

Pisco Mar Restaurante

Próximamente, en Añaquito 1309 (esquina Río de Janeiro), Villa Allende. Este restaurante de cocina peruana estuvo ubicado en el Cerro de las Rosas, pero en poco tiempo abrirá en Villa Allende. Sus mejores platos son el ceviche, el tallarín saltado con verduras al wok y el arroz chaufa, y, entre los postres, el más solicitado es el suspiro limeño. Teléfono: (0351) 155-955116.

Punta Sal

Esquiú 365, barrio General Paz. Este restó peruano de General Paz empezó su trayectoria en barrio Güemes en 2014. Entre los preferidos de sus clientes tiene el lomo saltado (carne con verduras al wok, con salsa de soja, ajo y toque de jengibre), que se acompaña con arroz y papas fritas. También el pollo broaster, frito y enharinado con pimentón, acompañado de papas fritas y limón. Y, entre los postres, la rompen los helados artesanales de chicha morada (infusión de choclo morado con especias) y de maracuyá. Reservas al (0351) 157-344200.

Sabores del Perú

Jerónimo Luis de Cabrera 1041 (Alta Córdoba) y Catamarca 1042 (General Paz). Según cuenta Juan Valverde, el chef de la casa y a esta altura un mito de la gastronomía cordobesa, los que más están saliendo son la empanada de lomo salteado y la picada de mar (una degustación de los mejores bocados de la cocina peruana). También, el ceviche, chaufa con mariscos, el picante de mariscos y el anticucho de langostinos. Teléfonos: (0351) 471-7520 (Alta Córdoba) y 427-0419 (General Paz).

Sabor a Mar

Colón 2021, Alto Alberdi. El chef propietario Alex Gutiérrez viene del norte de Perú y, según cuenta, la cocina de esa zona tiene “mucha sazón”. Recomienda el ceviche de pescados y mariscos, el arroz con mariscos (flambeados con vino blanco y ají panca, con pasta de camarones), el seco de cabrito norteño (macerado con “chicha de jora” y cocinado con cilantro, acompañado de arroz blanco y porotos). Por último, el chicharrón de pescado y marisco (o jalea, rebozado con harina, huevo y ají panca). Sale con papas doradas y ensalada. Teléfono: (0351) 153-595644.

Viva Perú

Podestá Costa 3211, barrio Jardín. En esta linda esquina de la zona sur de la ciudad, Raúl Norabuena administra un pequeño restaurante que combina platos peruanos con especialidades clásicas argentinas. Entre los platos que nos convocan, dice que los más pedidos por los vecinos de barrio Jardín son el ceviche, la picada marina (ceviche, conchitas a la parmesana, rabas, pescado a la romana, anticucho de pescado y mix de mariscos a la provenzal). También sale mucho (los arroces) chaufa de pollo, de carne y de mariscos. Teléfono: (0351) 464-5576.

Tiradito de salmón.
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Papas a la huancaína, ceviche y anticucho.
Chicharrón mixto.
Picada marina.
Ceviche en Pisco Mar.
Lomo saltado.
Tiradito de salmón.

Un vino argentino, entre los mejores de "The wine advocate"

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El vino Piedra Infinita 2016 de bodegas Zuccardi, Mendoza, obtuvo el máximo puntaje en “The wine advocate”, una publicación especializada en vinos reconocida en el mundo como una de las más prestigiosas. 

Robert Parker es uno de los críticos que la encabeza y para reseñar y premiar a los mejores ejemplares del mundo, el estadounidense utiliza un sistema de medición cuyo puntaje mínimo es 50 puntos y máximo es 100.

En la última cata, el vino de origen mendocino obtuvo la máxima calificaciones que se corresponde con el de “vino excepcional”, si hubiera obtenido 5 puntos menos hubiese sido considerado un “vino excelente”.

El top cuatro es el siguiente:

  • 100 puntos: Piedra Infinita 2016
  • 99 puntos: Gran Enemigo CF Gualtallary 2016
  • 98+ puntos CZ Withe Stones Chardonnay 2018
  • 98 puntos CZ Adrianna River Stones Malbec 2017
Puntuación máxima para el vino mendocino. Foto Robert Parker (@Wine_Advocate)
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