Calma Nono es un restó y hostería ubicado en el paraje La Quebrada de Traslasierra, cerca de Nono. Tiene instalaciones como para ubicarse en el cenit de la cocina regional, pero todavía debe corregir algunos detalles importantes.
El salón es precioso, con mesas y sillas de madera tapizada de colorado, muchas texturas y diseños varios que coronan un espacio realmente encantador. La carta se completa con algunas pizzas, tablas, ensaladas y varias minutas.
Pedimos Provoleta de cabra ($ 45), unos Sorrentinos de cordero con salsa de arvejas y menta ($85) y una Entraña de ternera con parrillada de verduras ($147).
Acto seguido, bajamos a la cava a buscar nuestro vino, que finalmente será un Festivo Malbec 2011 ($90), del Valle de Uco en Mendoza, un terruño fantástico que siempre ofrece vinos como este, para recomendar.
Pablo, el dueño de casa, tiene una gran selección allí abajo. También nos invita a probar los quesos de cabra y vaca que elabora un misterioso “Víctor”, un hombre de la zona que por lo que se ve hace muy bien su trabajo. Ese momento mágico en la cava será irrepetible esta temporada seguramente, y es allí a donde vemos el potencial que tiene este restaurante.
A comer
Volvemos luego de la agradable charla y de appetizer nos invitan un escabeche de berenjenas, que llega en un plato que nos deja con la boca abierta. Es una muestra de la preciosa vajilla que tienen en Calma Nono. Hasta aquí, todo estaba dado para un gran festín, pero veremos que hay varias cosas que mejorar.
Probamos varios platos, y los mejores fueron la Provoleta de cabra, que llegó acompañada de hojas verdes de rúcula sin un aliño que complemente aromáticamente el conjunto. Igual, el queso es todo. Dorado y crocante en la superficie y suave y blanco por dentro.
Los sorrentinos de cordero cumplieron y fueron lo mejor. Relleno vistoso, salsa deliciosa (menta y arvejas), con un toque elegante de aceite de oliva Olium, de Traslasierra, siempre destacado en certámenes internacionales. ¡Qué importante que es tener un buen aceite en la mesa!
Uno de los platos que tiene que mejorar, por citar uno, es la entraña. Llegó en un plato sobrecargado de verduras mal presentadas, con la carne sin crocancia ni color dorado. La membrana (o “telita”) jugando un papel intrascendente, blanca y flácida, solamente molestando.
Si la membrana va al plato, tiene que estar dorada y crocante, saladita; si no, mejor dejarla en la cocina. Un plato que cuesta casi 150 pesos debe tener un cuidado y un trabajo técnico detrás que responda a altas expectativas.
Entre los postres, el que vamos a destacar es la Pavlova de frutas y crema chantilly ($ 45). Es una torta de merengue crocante acompañado de frutas fileteadas: pera, banana, algunos frutos rojos, y una crema que abraza todo el conjunto.
Cerramos la noche con un exquisito café Nespresso ($18), y una visita a un baño perfecto, lo cual completa eso de que las instalaciones y la buena voluntad en Calma Nono están. Sólo queda trabajar, estudiar e investigar mucho para llegar a lo mejor de la gastronomía.
Calma Nono
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Paraje La Quebrada. Traslasierra.
Reservas al (03544) 43-4952
Abierto todos los días, mediodía y noche.
Efectivo y tarjetas
Calma Nono es un precioso espacio gastronómico ubicado en el paraje La Quebrada de Traslasierra, cerca de Nono. Se destacan sus quesos y sus vinos.